lunes, 27 de octubre de 2008

Aurobindo, una lección acerca del silencio



No es posible construir los fundamentos del yoga si la mente está agitada. Lo primero que se requiere es
sosiego mental. Además, la disolución de la consciencia personal no es el objetivo primordial del yoga; su
propósito fundamental es abrir esta consciencia a una consciencia espiritual superior, y para eso también
es de primera necesidad tener una mente sosegada.
La libertad progresiva y el imperio sobre la propia mente están perfectamente dentro de las posibilidades
de todo aquel que tenga la fe y la voluntad de emprender esta conquista. Las posibilidades del ser mental
no son limitadas; puede ser el libre Testigo y el Amo en su propia casa.
El primer paso es tener una mente sosegada. El silencio es un paso ulterior, pero es necesario obtener
previamente el sosiego.
Y por mente sosegada entiendo una consciencia mental interior que ve los pensamientos acercarse a ella y moverse en torno, pero no se siente a sí misma pensando, ni se identifica con los pensamientos, ni los considera suyos. Los pensamientos y los movimientos mentales pueden pasar a través de esta consciencia mental interior tal como los caminantes aparecen procedentes de cualquier parte y pasan a través de una campiña silenciosa; la mente sosegada los observa o ni
siquiera se toma la molestia de observarlos, pero en ningún caso participa en la acción o pierde su
tranquilidad.
El silencio es más que el sosiego. Puede obtenerse desterrando completamente los pensamientos de la mente interior, manteniéndolos mudos o completamente aparte. Pero se establece con mayor facilidad
por un descenso procedente de lo alto; cuando sucede así, se percibe cómo desciende el silencio, cómo
penetra y ocupa o rodea la consciencia personal, que tiende entonces a sumergirse en el vasto silencio
impersonal
.
Las palabras «paz, calma, sosiego, silencio», tienen cada una de ellas su propio matiz de significación,
pero no es fácil definirlo exactamente.


Sosiego –Achanchalatá
Calma - Sthiratá
Paz - Shánti
Silencio - Nischala miraváta


El «sosiego» es un estado en el cual no hay inquietud ni perturbación.
La «calma» es un estado de sosiego inquebrantable que ningún bullicio ni inquietud pueden alterar; es un
estado menos negativo que el sosiego.
La «paz» es un estado aún mas positivo que comporta un estable y armonioso sentido de liberación y de
reposo.

El «silencio» es un estado en el cual no hay movimientos mentales o vitales de ningún género, o en el
cual existe una profunda inmovilidad que ningún movimiento en la superficie puede penetrar o alterar.

Los invito a practicar el silencio sin juicios, volviéndolo parte de la vida, para escuchar la verdad en nuestro interior.
Namasté!

miércoles, 22 de octubre de 2008

La evolución de la Iluminación. Andrew Cohen/Ken Wilber


ANDREW COHEN : Nunca me interesó en especial la evolución. Al principio, después de mi despertar en 1986, enseñaba de la misma forma en que me había enseñado mi maestro. Mi experiencia era la siguiente: que todo era simplemente lo que era. No había que ir a ningún lado y no había que hacer nada. Lo importante de esta enseñanza era que sólo había que darse cuenta de esto. Era el comienzo, el medio y el final de la historia. De hecho, en ese momento estaba tan convencido de esta visión que cuestioné seriamente la autenticidad de cualquier enseñanza sobre la iluminación que implicara el tiempo, el futuro o el devenir y también cuestioné a cualquier maestro que estuviera predicando algo que implicara el tiempo, el futuro, o el convertirse en algo.

Después de algún tiempo, sin embargo, comencé a notar que aunque muchos de mis discípulos se abrían a despertares poderosos, en la mayoría de los casos, se perdían nuevamente en el narcisismo, la avaricia y en la obsesión neurótica de sí mismos; se perdían en impulsos condicionados y limitados. Por eso empecé a poner cada vez más atención en la necesidad de que el ser humano pueda transformarse de verdad. Transformarse con el fin de ser una expresión viviente del vacío y de la pureza en la motivación que uno descubre en la experiencia espiritual. Entonces, gradualmente, a lo largo de un período, empecé a poner un énfasis mayor en cultivar la capacidad de encarnar y manifestar esa belleza, perfección y unidad como expresión de nuestra humanidad más que en el sentir la dicha del puro Ser solamente.

Ese fue entonces el comienzo. Luego, después de algunos años, algo nuevo comenzó a surgir en mis enseñanzas. La primera vez que tomé conciencia de esto fue cuando empecé a dar retiros en la India. Una mañana, mientras hablaba, algo salió de mí en forma explosiva. No supe de dónde surgió. Una pasión desenfrenada brotó de mí en forma espontánea, pidiendo que este milagro, este misterio que trasciende el tiempo, se volviera manifiesto en este mundo a través de nosotros. Sorprendió e inspiró a mucha gente, y me sorprendió y me inspiró a mí también. Eso fue hace más de diez años.

Cada vez más, con el trascurso del tiempo, fue siendo más clara la idea de que esta pasión es realmente una pasión por algo más que la iluminación en el sentido Oriental tradicional, que sería retirarse completamente, salirse de la rueda del devenir, de trascender este mundo en forma absoluta sin dejar rastro alguno. Mi énfasis ha virado radicalmente. El objetivo ahora, aunque suene muy audaz, no es meramente trascender el mundo sino transformar el mundo, convertirse en agente del mismo impulso evolutivo. Por cierto, al abandonar el ego para lograr esto, uno siente literalmente que se llena de energía luminosa y divina y de una pasión para transformar el mundo y el universo entero por una causa que no tiene nada que ver con uno mismo.

Este cambio en mi énfasis, hace muchos años, fue también una de las razones por las que dejé a mi maestro. Cuando me escuchaba decir que había que hacer algo que no fuera salirse de la rueda del devenir y simplemente SER, sentía que estaba corrompiendo y distorsionando su enseñanza. En cierto punto, empecé a concluir que debía haber diferentes clases de iluminación, distintos tipos de despertares que de hecho lograban diferentes resultados.

Eventualmente, comencé a referirme a esta enseñanza como “iluminación evolutiva” o “iluminación evolutiva impersonal”. En esta enseñanza, el énfasis está puesto no sólo en la realización del vacío y del puro Ser sino también en la necesidad de convertirse en un ser humano radical y profundamente transformado que pueda manifestar nuestro elevado potencial evolutivo en el mundo. Nunca me había topado con algo igual antes. Sólo recientemente, al encontrar las enseñanzas de Sri Aurobindo y Teilhard de Chardin durante nuestros estudios para la revista, empecé a escuchar ecos de mi propia pasión, una pasión por la iluminación evolutiva, por despertar a la verdad de quienes somos realmente, y luego atrevernos a sentir la urgencia de hacer manifiesta esta pasión en este mundo con todo nuestro ser.

Lo que quería mencionarte en primer lugar es toda esta cuestión de lo que significa, en última instancia, la iluminación. Creo que es una pregunta importante porque hay muchísimas personas interesadas en temas espirituales en la actualidad. Y creo que, es interesante que la definición tradicional de ‘iluminación’ puede no corresponder a las necesidades de un mundo en evolución en la época en que vivimos.

KEN WILBER: Básicamente estoy de acuerdo con todo lo dicho y obviamente sólo tengo algunas perspectivas diferentes sobre el tema. Mencionaste algunos conceptos muy importantes. Tal vez podemos empezar con el que mencionaste al final, que fue los distintos tipos de iluminación. Al principio, suena un tanto cómico porque la iluminación es ostensiblemente omni-incluyente, atemporal, omni-abarcadora, inmutable, eterna, etc.. Por lo tanto es difícil imaginar que se puedan tener dos tipos diferentes de cualquiera de estas cualidades. Pero de hecho, aún dentro de las tradiciones, encontramos por lo menos dos concepciones principales muy diferentes sobre la iluminación. Una era prevalente durante el período Axial que comenzó alrededor del 2000 B.C.E. hasta aproximadamente 100 A.D. Probablemente la mejor expresión de esta concepción es la tradición Budista temprana, la tradición Therevadan, con el concepto de nirvana o nirvikalpa, que básicamente significa inmersión en un estado sin forma donde no hay manifestación alguna ni surgen objetos. Es un estado de conciencia absolutamente libre de cambio, completamente libre de tiempo, espacio, libre de uno mismo y de confusión. La analogía clásica para aquellos que no han tenido la experiencia es que es algo parecido a estar profundamente dormido sin soñar. Se entra en un estado de conciencia libre de formas. Ese estado de nirvana se consideró el estado más elevado de realización y se creía que estaba completamente divorciado de samsara. El mundo de la vacuidad estaba completamente divorciado del mundo de las formas. El vacío era trascendente y atemporal; las formas sufrían el paso del tiempo, el dolor, la ilusión y demás. El objetivo, no cabe duda, era salir de samsara, “salir de la rueda”, y entrar en nirvana.

Creo que la verdadera revolución en la espiritualidad ocurrió aproximadamente en ese momento, comienza especialmente con el genio de Nagarjuna en Oriente y Plotino en Occidente. Ese fue el descubrimiento de lo que podemos llamar iluminación no-dual o realización no-dual, que es un profundo entendimiento de nirvana, de la vacuidad, de lo atemporal, o de lo trascendente, pero también es una unión porque es la realización unida a las formas del mundo entero, al mundo de samsara. Lo más significativo de las tradiciones no-duales no era acceder a un estado donde cesaban las formas y la manifestación sino entender que esa falta de formas o esa vacuidad era una unidad con todas las formas que se manifiestan momento a momento. Además, ese estado no-dual, llamado sahaj, era en cierto sentido la base del voto del bodhisattva y el comienzo de las tradiciones tántricas. La idea era que de alguna forma el mundo de samsara y el mundo de nirvana debían ir de la mano o no se podría logra un ser pleno, completo o, podríamos decir, integral. O sea que por un lado, sigue siendo cierto que el dharmakaya, el vacío, o el estado perfecto sin formas, no participa del transcurrir del tiempo. Pero por otra parte, esa es sólo la mitad de la historia. La otra mitad es que existe el transcurrir del tiempo, existe el desarrollo, existe un desenvolvimiento, existe la evolución, existe la transformación. Y la verdadera clave de esta discusión, creo, es comprender que la única forma de realizar plenamente el vacío es si uno transforma, evoluciona y desarrolla su propio vehículo en el mundo de las formas. Los vehículos que realizarán el vacío tienen que estar a la altura de las circumstancias. Esto quiere decir que deben estar desarrollados; deben ser transformados y deben estar alineados con la realización espiritual. Esto significa que lo trascendente y lo inmanente deben, en cierto sentido, saborearse uno a otro.

A.C.: ¿En el vehículo?

K.W.: Exactamente.

A.C.: Es decir que el vehículo debe perfeccionarse.

K.W.: Sí. A veces ocurre que la gente tiene solo un atisbo del vacío. Tienen un revelación radical de que son una conciencia infinita e ilimitada. Y luego, como describías, la revelación se disipa. Se encuentran nuevamente dentro del vehículo egoico. Son la misma contracción del ser, y no saben qué fue lo que ocurrió. Pero no quieren involucrarse con una práctica verdadera o tomar medidas transformadoras que lograrían que su vehículo fuera capaz de sustentar esa realización en forma más plena y duradera. Es una pena porque, como bien dices, se están divorciando del mundo del tiempo, se abstienen de involucrarse con el mundo y de hacer lo necesario para transformarse en vehículos trasparentes de lo atemporal.

Lo más valioso de la realización no-dual, o integral, es que básicamente tenemos que trabajar sobre ambos. Debemos pulir nuestra capacidad, por así decirlo, de realizar plenamente el vació, momento a momento. Pero es el vacío de todas las formas que emerge momento a momento. Debemos abrazar radicalmente el mundo de samsara como vehículo y expresión del mismo nirvana. Desafortunadamente, creo que tienes razón en decir que muchas de las escuelas de la no-dualidad no cumplen con estos preceptos.

La tendencia de las personas es a equivocarse de un lado de la ecuación o del otro. O se entregan completamente a samsara, el dominio sensoriomotor – la naturaleza es espíritu, cualquier objeto manifiesto es tomado por espíritu – o se entregan al estado de cesación de las formas. Quiero agregar, además, que la evolución se produce en el mundo de las formas, no en el mundo de la vacuidad. Entonces, a menos que uno se involucre en formas que impulsen la evolución hacia delante, no va a lograr realizar plenamente el vacío que es su verdadero ser.

A.C.: Qué bueno. Ahora quiero ir más a fondo. Porque en tu descripción de la visión no-dual donde desaparece esta distinción entre nirvana y samsara, en esa interpretación de la iluminación, por lo menos en tanto alcanzo a ver, la idea sigue siendo liberarse de este mundo; básicamente, salir corriendo de aquí.

K.W.: Es comprensible.

A.C.: Bien, estoy haciendo una aproximación a la pregunta qué es la iluminación en relación con el mundo del tiempo y del devenir. Lo que estoy intentando aislar aquí es lo que yo llamo “el impulso evolutivo”. Como describí antes, es una compulsión misteriosa y extática por transformar el mundo. Ahora, esta compulsión difiere, yo creo, de lo que se ha dicho tradicionalmente sobre el voto del bodhisattva, porque, por lo menos según yo entiendo el voto del bodhisattva, es que uno desea permanecer en este mundo el tiempo suficiente como para liberar a todos los seres conscientes de este mundo. En otras palabras, ayudarlos a que salgan corriendo de aquí. Pero en el impulso extático evolutivo del cual estoy hablando, la liberación se encuentra en realidad cuando uno se entrega a este imperativo de evolucionar en el mundo.

K.W.: Y no salir de él.

A.C.: Correcto. En esta interpretación de la iluminación, toda nuestra conciencia y energía están al servicio de la creación misma, más allá del ego. Es decir, nuestro vehículo se utiliza para este gran propósito que demanda el todo. Y la iluminación, el transcurrir de la liberación diaria y extática se encontraría y se experimentaría en forma directa y consciente a través de la entrega completa y perfecta a ese sólo propósito. Así es que por lo menos en el caso ideal, si tal cosa fuera posible, no habría motivo egoico subyacente y uno se consumiría por una causa que solo puede comprender parcialmente, digamos, porque su culminación existe siempre en el futuro.

K.W.: Está bien, sí, estoy de acuerdo con el sentido general de lo que dices. Quisiera ponerlo en contexto de la siguiente manera. Como dije antes, hubo un cambio radical después de las tempranas religiones Axiales, que enfatizaban el mero ascenso, la mera trascendencia y la mera cesación. Ese cambio – para las tradiciones no-duales – fue un hito porque ya no se trataba del vacío divorciado de la forma sino una comprensión de que el vacío no es sino la forma, la forma no es sino el vacío, como lo explica el Sutra del Corazón. Ahora, este viraje, que condujo al Budismo Mahayana y eventualmente al Vajrayana fue importante porque significó una comprensión profunda que era diferente de los tipos prevalentes anteriores de religión que vimos. La más temprana creía que el mundo de samsara es el espíritu. Básicamente, esto es la inmersión completa en la pura manifestación o en la mera naturaleza. Luego vino el período Axial, y dijo: “No, lo trascendente es la única realidad espiritual; lo meramente ascendente, lo meramente atemporal es lo único que es real.” Y lo no-dual dice: “Un momento, ambos tienen razón. Lo que debemos hacer es hallar una forma de hacer esto”.

Ahora bien, el voto original del bodhisattva era: “Me comprometo a llegar a la iluminación lo más rápido posible para el beneficio de otros,” ya que, como señalaba Kalu Rinpoche, “Si postergas tu iluminación, ¿cómo podrás salvar a otros, idiota?”. Esto maduró hacia la visión tántrica y lo que ambos tenían en común, por lo menos en forma implícita, era la noción de nirvana y samsara, el vacío y la forma, lo atemporal y el mundo del tiempo, ser y devenir, eran ambos parte de una comprensión integral. Y las dos partes deben ser aceptadas. Creo que estás en lo cierto, de alguna manera, cuando dices que las tradiciones no han estado a la altura de sus preceptos. También creo que existe otro significado o un entendimiento más profundo de la realización no-dual ya que involucra un impulso evolutivo en el mundo de las formas que evolucionan.

A.C.: ¡Sí, a eso me refiero justamente!

K.W.: Creo que la razón que explica esto puede encontrarse justamente en lo que mencionábamos: un sabio, digamos hace mil años, podía tener una comprensión profunda de dharmakaya o del vacío puro, una profunda realización de nirvikalpa samadhi, y luego tener también una comprensión profunda de la unión con todas las formas. Entonces este sabio tendría una visión tanto del vacío como del mundo de las formas y entendería que están intrínsecamente unidos. Surgen momento a momento como la vacuidad de todas las formas que surgen en éxtasis. Ahora, sin embargo, ese sabio casi perfectamente iluminado, en el sentido sahaj, en sentido no-dual, sólo puede ser uno con el mundo de las formas que está presente durante su tiempo. Y ese mundo de formas no tendría los tipos de conocimiento que ahora tenemos sobre el mundo de las formas.

A.C.: ¿Te refieres a la evolución?

K.W.: A la evolución en particular, a su naturaleza exacta, a lo que realmente significa, a lo que sucede en el mundo de las formas. En este mundo, estamos presenciando un giro innegable hacia mayores niveles de diferenciación e integración y de complejidad y unificación. Esto es una revelación profunda porque significa que nuestro vehículo en el mundo de las formas se está tornando más transparente a los procesos que están dentro del mundo de las formas. Esto cambia todo. No importa cuán profundamente iluminado pudo ser alguien hace mil años, el mundo de las formas no incluía esta comprensión. Es decir que esto no era parte de su comprensión, aunque su comprensión de la vacuidad fuera tan importante como lo puede ser hoy, porque la vacuidad es la vacuidad, no está sujeta al cambio, no tiene partes mutables etc. Entonces, no estamos desmereciendo en absoluto al sabio que vivió hace mil años. Sin embargo tenemos una ventaja con respecto a él; nosotros estamos vivos ahora. Y dentro de mil años, la gente mirará hacia atrás y recordará nuestro mundo de formas y se reirán como locos de lo idiotas que éramos. Pero mientras tanto, tenemos que continuar encarnando este mundo de formas con vacío radical y el resultado es, sí, un tipo de vacío evolutivo. O “iluminación evolutiva”; seguramente.

A.C.: Y en esta iluminación evolutiva, el elemento significativo, de la manera en que yo lo entiendo por lo menos, está en el entregarse a un movimiento de una compulsión que ha despertado para participar de todo corazón en el el proceso evolutivo, por el bien de la evolución misma. De esto se trata la iluminación evolutiva, no solamente de la obtención de nuestra liberación personal del mundo o para transcender este mundo.

K.W.: Sí, estoy de acuerdo.

A.C.: Y es este cambio en el énfasis que quiero destacar; esto es lo importante, creo, a fin de definir en última instancia el significado de la iluminación para nuestro tiempo. Porque mientras más y más personas se interesan por lo que es la iluminación y lo que significa, yo diría que por lo menos el noventa por ciento del tiempo, si no es más, lo único que rescatan de la trascendencia es la trascendencia personal. Y aunque esto generalmente viene acompañado por un alegato en favor del desprendimiento y de la compasión, muy rara vez, si es que se da, es la pasión revolucionaria y desenfrenada por una total transformación del mundo que surge del corazón espiritual cuando está verdaderamente liberado del mundo. Quiero decir, suele ser un surtido tibio y extraño de conceptos antiguos sobre la iluminación mezclados con ideas sobre la compasión basadas emocionalmente en el “new age”, pero el fuego de la liberación misma definitivamente no es desde donde surge.

Argentinian Center for Integral Studie

jueves, 16 de octubre de 2008

El sistema de Shankara (II)



Shankara terminantemente expresa que “se sabe que fuera de Brahman no existe otra cosa”. La unicidad de Brahman impide toda posibilidad de dualidad. Una consecuencia directa de la unicidad de Brahman es la imposibilidad de conocerlo y de definirlo. Todo conocimiento implica una dualidad, la dualidad sujeto-objeto. Toda definición está subordinada al conocimiento de lo que se pretende definir. Y, en el caso del conocimiento de Brahman, en el momento en que ese conocimiento surge, simultáneamente toda dualidad desaparece absorbida en la suprema unicidad de Brahman.

Para dar una idea de lo que es Brahman sólo cabe la Via Negationis, o sea sólo cabe indicar lo que Brahman no es: “Con la exclusión de toda característica particular que constituye una limitación”.


Si bien semánticamente las determinaciones negativas no definen o describen a Dios o a lo Absoluto, el efecto final a que la llega la Via Negationis es muy similar a aquél al cual llega la Via Eminentiae: ambas dan a Dios o a lo Absoluto –una mediante afirmaciones, la otra mediante negaciones- un status por encima de todo haciendo de u uotro el Principio Supremo.

El jīva

El término jīva designa al espíritu individual o alma encarnada que se concibe a sí mismo como un individuo viviente y consciente, como un yo empírico, como un ser que transmigra. El jīva tiene pues una peculiar idea de sí mismo: considera que su cuerpo, su vida mental, su vida emocional son él; se imagina que está encarnado; que está sometido al dolor y a la ignorancia; que es el agente de actividades y el sujeto de experiencias; que transmigra naciendo y muriendo una vez tras otra en una larga cadena de reencarnaciones, que comporta destinos de diversa naturaleza. El jīva se imagina pues que es un ser como los seres que la experiencias nos presenta –sometidos al dolor y a la ignorancia, etc.- con el destino que la tradición de la India había conformado para ellos –encadenados a las reencarnaciones-, se ve como tal. Imagina ser un yo, un individuo empírico.

Desde el punto de vista de la verdad absoluta no existe diferencia entre el Atman supremo y el jīva. Pero esto el jīva lo ignora, no lo percibe. Sobrepone la errónea imagen del individuo empírico que él cree ser sobre Brahman.

Pero lo más grave no es que el jīva tenga esa idea errónea de sí mismo, sino que el jīva exista, viva, actúe, experimente ilusoriamente todo lo que él cree que es. El jīva, por ejemplo, en cuanto que realmente es Brahman está realmente al margen del dolor, pero se imagina equivocadamente que es un ser sometido al dolor y al miedo y así sufre y teme y así ese dolor y ese temor lo afectan, aunque sean un temor y un dolor de naturaleza ilusoria.


De acuerdo con el principio fundamental del pensamiento de la India, el principio del no-comienzo (anādivta), el jīva y la ignorancia que lo afecta existen, congénitamente podríamos decir, desde una eternidad sin comienzo. Por tal razón es inapropiado preguntar por qué, cuando y cómo el jīva cayó bajo el poder de la ignorancia. Siempre estuvo sometido a ella.

Pero si el pasado el jīva estuvo dominado por la ignorancia, puede en el futuro liberarse de ella, siguiendo el método salvífico que el Vedānta preconizó y cuyo fin es hacer que surja en el jīva el conocimiento de su real manera de ser. Es la liberación: por un lado, la desaparición de la imagen errónea que el jīva tiene de sí mismo, de que es diferente de Brahman, de que está sometido a las reencarnaciones, de que es agente de acciones y sujeto de experiencias; y, por otro lado, la captación por él de su verdadera esencia; el reconocerse como Brahman: “Existe una diferencia entre el falso conocimiento y el correcto conocimiento: la experiencia es imaginada debido al falso conocimiento, la unidad es percibida gracias al correcto conocimiento”.

Tal vez el jīva sea el personaje más importante del drama que describe el Vedānta de Shankara. No sólo porque todo el sistema de Shankara tiene como fin hacer que el jīva llegue a la salvación –es decir, que él se reconozca como Brahman, porque todo ese sistema es esencialmente un camino salvífico para el jīva, sino también porque toda la irrealidad, todo el ilusionismo, todo el “idealismo”, que se manifiesta en ese sistema, tiene su origen en el jīva y en el error (avidyā) que lo domina, y es desde la perspectiva del jīva que debe ser enfocado.

Lo anterior está tomado de: El sistema de Shankara. Realidad, Ilusión, Perspectivismo, Fernando Tola y Carmen Dragonetti, publicado originalmente en Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, Vol. 7, pp. 141-162, Madrid, 2002.
Vía Dharma Blog

miércoles, 15 de octubre de 2008

El sistema de Shankara (I)


Shankara (circa 700 d.C.) es autor de un importante número de obras: comentarios a diversas Upanishads, tratados breves, himnos y un comentario de los Vedānta-sūtras, que es considerado su obra más importante. Es el fundador de la Escuela Vedānta No-dualista (Advaita- Vedānta) y uno de los pensadores de mayor influencia dentro y fuera de la India, fuera del Budismo.

En el sistema de Shankara se enfrentan una realidad verdadera, Brahman y una ilusión que se manifiesta bajo tres aspectos: el jīva (yo empírico, principio consciente individual), el mundo y el Īshvara (Señor, Dios).

La causa de la ilusión es la avidyā o ignorancia, a la cual no hay que atribuirle ningún status trascendente. Brahman y el Señor son dos formas de una misma realidad, el primero el aspecto real, el segundo el aspecto irreal producto de la avidyā.

El sistema de Shankara puede ser calificado de “monista” en el sentido que se atribuye a este término en la filosofía occidental: se admite una sola substancia universal. Por su segundo aspecto puede ser considerado “idealista” en el sentido de que los idealistas niegan la existencia real del mundo y de los cuerpos, ya que a éstos sólo les corresponde una existencia ideal en nuestra alma. Como afirmara Kant: “el idealismo consiste en la afirmación de que sólo existen seres pensantes, las otras cosas, que creemos captar en la percepción, serían sólo representaciones en el ser pensante, a las cuales en realidad no les corresponde ningún objeto externo a ellas” (Cf. Kant: Prolegomena, Parágrafo 13, Nota II).

El “ilusionismo” de Shankara no ha sido del agrado de muchos intérpretes antiguos o modernos, indios u occidentales, de profunda convicción teísta. Se han esforzado por debilitar, disimular o negar la concepción de Shankara de que el mundo y el Señor son meras ilusiones creadas por la ignorancia o error que domina al hombre, en su intento de acercar a Shankara, a quien admiran y no pueden dejar de admirar, a sus propias caras posiciones doctrinarias o a las de los ambientes en que realizan su actividad. Shankara no niega la existencia del yo empírico y del mundo, pero considera que se trata de una existencia ilusoria.
Shankara acepta la existencia de un Dios personal (el Señor), creador y gobernante del mundo y que puede ser objeto de una profunda y verdadera piedad, pero piensa que esa existencia es una existencia ilusoria, como la del yo empírico y la del mundo. La imponente y excluyente realidad de Brahman impide que a su lado surja o se mantenga otra realidad. Si la ignorancia o el error del hombre construye otra realidad al lado de Brahman, ella desaparece cuando el hombre llega al conocimiento, al conocimiento de Brahman. El proceso creador de otra realidad, distinta de Brahman, y el proceso destructor de esa otra falsa realidad tienen lugar sólo en el plano epistemológico.

Shankara partió de la idea, que él encontró en las Upanishads, los textos sagrados de la India, de que Brahman es lo único real; y, como buen pensador indio, con un razonamiento lógico implacable llevó ese principio a sus últimas consecuencias.

Lo anterior son extractos fieles de: El sistema de Shankara. Realidad, Ilusión, Perspectivismo, de los autores citados, publicado originalmente en Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, Vol. 7, pp. 141-162, Madrid, 2002.
Fernando Tola y Carmen Dragonetti
Vía Dharma blog

martes, 14 de octubre de 2008

Hinduísmo y Pluralidad



En Raimon Panikkar encontramos definiciones del Hinduísmo que bien merecen ser consideradas. Tomamos como base sus afirmaciones en Los dioses y el Señor (, pp. 67-74, Ed. Columba, 1967, Buenos Aires).

En primer lugar, comienza afirmando que el Hinduísmo “representa una coexistencia pacífica de doctrinas totalmente opuestas”. Así cada uno de los seis dharsanas se ven a sí mismos como completos y opuestos a los restantes (recordemos un anterior artículo de Dharma sobre los dharsanas). Sin embargo, todos estos sistemas se proclaman hinduistas. Hay lugar para la heterodoxia, pero esa heterodoxia no es sobre una idea o sistema conceptual sino sobre la fidelidad o no a los Vedas.

Explicita Panikkar: “Debe tenerse en cuenta que aquí no se trata de una simple afirmación o negación, sino de una aceptación o de un rechazo. ¿De qué? ¿De una doctrina? Por cierto que no, puesto que existen una multiplicidad de doctrinas, un terrible matorral para la razón puramente lógica. Se trata simplemente del rechazo o de la aceptación de la autoridad de los Vedas; bien entendido, de su autoridad, no de su doctrina; del valor existencial y no del contenido esencial”. A continuación, cita el sincretismo de pensadores como Ramakrishna (quien acepta y hace confluir tanto los Vedas cuanto el Cristianismo y el Islamismo).

Posteriormente, Panikkar define al Hinduísmo como que “(…) no es una esencia ni una doctrina. Ni siquiera posee un nombre (ningún hindú se llamaría a sí mismo de esta manera; los otros, los cristianos o musulmanes, lo llaman así para distinguirlo). Pero el Hinduísmo tampoco es una idea”, y agrega luego que no tiene un fundador, ni un comienzo definido históricamente, que no posee dogmas en el sentido estricto de la palabra.


En tercer término, Panikkar escribe que mientras el llamado pensamiento occidental descansa sobre el principio de contradicción, el pensamiento indio se apoya en el principio de identidad. En Occidente, expresa Panikkar, ningún ser puede ser y no ser al mismo tiempo. Esto implica individuación y aislamiento de los entes unos de otros. Cada ente es intransferible y único. A no puede ser No-A. En cambio, la cultura india descansa sobre el dominio del principio de identidad. Es la búsqueda de que A sea A. De un predicado P idéntico al sujeto S. No se admite en última instancia la diferencia entre Dios y el mundo, el Ser y los entes. Aunque, aclara Panikkar en nota al pie: “Sería interesante hacer un estudio sobre la dialéctica de los contrarios (por ejemplo, luz y sombra en la Katha Upanishad, III, 1; VI, 5; vida y muerte en el Rig-Veda X, 121, 2) y compararla con la coincidencia oppositorum de la tradición cristiana”.
Finalmente, para Panikkar el Hinduísmo no es una esencia sino una existencia: “Es aquello que queda cuando se excluye todo lo demás. Es aquel resto inextinguible y no cristalizado del que luego brotan convicciones, ideas y sistemas. Es la base que soporta las concretizaciones posteriores, las diversas encarnaciones en las formas de pensar, en las culturas, etc.”. Y más adelante: “Hablando en términos occidentales, me permitiría afirmar que el Hinduísmo precisamente es una ex-sistencia, una actitud, un vaso que puede ser llenado con cualquier contenido. Es –y quiere serlo- la realidad y no el conocimiento de esta realidad. Es la verdad en el sentido de la verdad existencial y no una verdad o el conocimiento de la verdad, que es una limitación e interpretación (y aquí tocamos nuestro tema central) de la verdad”. Y finaliza: “El Hinduísmo no es, sino que existe en aquellos hombres de la India que no reniegan de él”.

Que el Hinduísmo es coexistencia de conceptos muchas veces antagónicos, siempre enmarcados en el respeto a la autoridad de los Vedas, es un hecho innegable. Aunque uno deba preguntarse, en tal sentido, qué es lo que sucede en Occidente con el corpus de conceptos del Cristianismo y la autoridad de su texto sagrado, si se toman interpretaciones religiosas como las bizantinas o la católica o la protestante y las contradicciones entre ellas, o en el campo de la filosofía –para poner simplemente un ejemplo-, entre las pruebas tomistas de la existencia de Dios y la crítica de Duns Scoto a las mismas.

Sin embargo, Carmen Dragonetti (La Tolerancia Hindú, en Yoga y Mística de la India, Kier, 1978, Buenos Aires), señala acertadamente que esa coexistencia de ideas lo es también de normas, ceremonias y ritos, y en menor medida de castas y estructuras sociales. Pero esta coexistencia de ideas y doctrinas se mantiene únicamente en este plano, porque la intolerancia hindú es grave en la observancia de normas y reglas: una vaca muerta por un musulmán “puede dar origen a terribles represalias contra toda la comunidad musulmana del lugar”, o –en otro ejemplo- los pensadores y grupos heterodoxos como budistas, jainistas y materialistas, que son objeto de repudio por los hindús”.

La pluralidad debe entonces circunscribirse adecuadamente a la actitud filosófica hindú, y delimitarla claramente de la realidad histórica en que esa pluralidad se ha situado. En otras palabras: pluralidad hacia adentro, rígido cumplimiento de normas en todo espectro.

Daniel López Salort

domingo, 12 de octubre de 2008

Yoga Terapéutico



El Yoga terapéutico, es aquél que se usa para mejorar la salud a nivel físico, mental, emocional y energético.
Es un yoga sencillo que por definición debe estar al alcance de todas las personas, con opciones para que cada cual haga lo que mas le convenga en función de su estado y de sus capacidades.
Con una práctica constante se pueden llegar a prevenir o combatir distintos tipos de afecciones del cuerpo y/o la mente. Para que el Yoga sea realmente terapéutico hay que trabajar la inmovilidad y la concentración, en definitiva esto es lo que distingue a un yogui de un contorsionista o un gimnasta.
La inmovilidad ayuda a tomar conciencia del propio cuerpo y de ella se obtienen los siguiente beneficios fundamentales:
1)Masaje sobre vísceras y órganos
2)Estimulación del sistema nervioso vegetativo .
3) En un estadio superior, la inmovilidad nos permitirá acceder al calma de la mente , " a la cesación de los movimientos del pensamiento" como diría Patanjali, para acceder a la vivencia del espíritu que mora en nuestro interior.


Si vemos las posturas de flexión lateral de la columna se da un masaje por presión sobre el hígado (lado derecho) y sobre el bazo y el páncreas(lado izquierdo).
El masaje sobre estas vísceras hacen que estas se vacíen de sangre, luego, al deshacer la posturas estas mismas vísceras se llenan de sangre renovada, cumpliéndose una función de limpieza y drenaje.
La estimulación del sistema nervioso vegetativo parasimpático, favorece el estado de relajación, esto es muy importante porque en la vida cotidiana funcionamos con el sistema simpático a base de adrenalina, regulando el parasimpático logramos regular la frecuencia cardíaca la presión arterial,mejoramos el funcionamiento del aparato digestivo, la función respiratoria y la secreción de las glándulas endocrinas.

La toma de conciencia es indispensable para la disolución de bloqueos energéticos que están ligados a los bloqueos emocionales, la energía corporal se hace más fluída, superándose de esta forma los conflictos a nivel emocional mediante un aprendizaje con el cuerpo(de allí el nombre de este blog).
Por estas razones el Yoga terapéutico es el mejor tratamiento para el estrés,la depresión , los dolores de espalda,el insomnio y el aparato circulatorio.
Cuando nos damos cuenta que nuestro equilibrio vital se ha descompensado es cuando el Yoga terapéutico aparece como una herramienta indispensable para el alineamiento de nuestro cuerpo y mente.
En el Yoga terapéutico se usan herramientas de la psicología transpersonal, de forma tal que se pueda lograr una introspección que permita afrontar las causas de los trastornos físico -mentales, es importante también el trabajo en grupo que permite el feedback necesario para acelerar los procesos,aunque en su inicio el trabajo del maestro debe ser personalizado.
Se trata entonces de enseñar a los alumnos a liberarse de sus propios esquemas mentales inconscientes que los condicionan y oprimen.
Este proceso podemos decir que se divide en tres fases ,conocer, aceptar e integrar, empleando distintas técnicas como las asanas,el pranayama, la relajación y la meditación .
En este proceso es importante que el profesor de Yoga sea un amigo en el camino,capaz de facilitar a sus alumnos la vivencia de sus procesos y posterior integración de conductas saludables.
Es importantísimo que el alumno intuya si el profesor disfruta de lo que hace.
Así también es indispensable que el maestro transmita al alumno la capacidad de disfrutar el efecto sedante de la respiración,la agradable sensación de estiramiento(recordemos que hay pocas cosas mas placenteras que estirarse después de haber dormido),los efectos benéficos de las posturas y el poder desconectarse.
Dentro del Yoga siempre el límite es el dolor , nunca debe forzarse porque en el dolor el cuerpo nos está diciendo ¡hasta aquí!
Por último voy a dedicar un párrafo a la gran enfermedad de nuestros tiempos , la ansiedad.


Muchos cuadros secundarios (ej: contracturas,depresión, etc) derivan de un cuadro primario de ansiedad. Para superar este cuadro primario debemos atravesar una fase educacional, la práctica de asanas de gran poder ansiolítico, el trabajo sobre la respiración diafragmática profunda,la relajación consciente y la meditación.

No podemos operar sobre la mente si no abordamos primero la fase fisiológica.
Finalmente el profesor debe hacerle conocer al alumno como se producen los desequilibrios y como se mantienen pues reconocer los efectos es el primer paso hacia la sanación.

Namasté!

sábado, 11 de octubre de 2008

Patanjali y los Yoga Sutra.


Podemos considerar que el Yoga tiene dos escuelas fundamentales: Rāja-Yoga, destinado al control mental, y Hatha-Yoga, que enfatiza el control corporal. En el primer caso, los textos canónicos son los de Patañjali, Vyāsa y Vācaspati Misra. En el segundo aspecto, los de Goraksanātha.

Los Yogasūtras de Patañjali se remontan entre los siglos III y IV d.C. Son textos que no aparecen como una unidad sino más bien como partes diferentes, incluso desiguales interiormente cada una de estas partes, lo que refuerza la creencia de que se tratarían de diversas fuentes de origen habiendo sido sintetizadas por algún trabajo de compilación posterior. Se sostiene que Patañjali no ha sido un creador del sistema sino más bien su recopilador, y también hay dudas si el Patañjali que estamos hablando en materia de Yoga es o no el mismo que el Patañjali el Gramático.


Los Yogasūtras de Patañjali se dividen en cuatro libros, referidos a:

a.Concentración de la mente.
b.El método.
c.Los poderes resultantes.
d.El aislamiento del espíritu.


No debemos olvidar que el aparato conceptual que se halla detrás del Yoga es la escuela ortodoxa del Sāmkhya. En total son 195 sūtras o aforismos.

En el método hay ocho miembros o caminos que el yogui debe observar rigurosamente, no debiéndoselos entender como uno después de otro sino de elaboración y práctica simultánea:

a.Abstinencias: no hacer daño, no mentir, no robar, pureza sexual y renunciamiento. No son recomendaciones de orden moral sino de sentido pragmático riguroso.

b.Obligaciones: limpieza o aseo, satisfacción o aceptación de la realidad personal, ascetismo, estudio y devoción a lo Absoluto (aquí tienen gran importancia los mantras).



c.Posturas:
se trata de los ejercicios yóguicos que favorecen la concentración y meditación.

d.Control de la Respiración: se trata de controlar el número y modo de las respiraciones para dominar a éstas y tener el poder sobre el funcionamiento del propio cuerpo.

e.Control de los sentidos: partiendo del método de concentrar la mente en un solo punto, lo que se busca es que los sentidos se aparten de los objetos y la persona se centre en sí misma (esto lleva a que investigadores y pensadores como Mircea Eliade consideren que no hay éxtasis en el Yoga sino éntasis: el sujeto en sí mismo, no en el Absoluto o Divinidad).

f.Concentración: práctica que su solo nombre lo indica, es decir, evitar la dispersión de la mente enfocándola en un solo punto.

g.Meditación: la mente concentrada puede meditar en un solo contenido, y luego volverse sobre sí misma.

h.Samādhi: La meditación culmina sin un meditador. Sujeto y Objeto desaparecen en la meditación misma. No hay yo ni hay mundo. Similar al trance místico de otras experiencias y caminos, tales como la mística cristiana o sufí. No es posible narrar lo que sucede en el Samādhi (tal como el cristianismo habla en su teología negativa, como en el Maestro Eckhart).

Al decir de Paul Masson-Oursel: “El yogin no se interesa por la naturaleza ni por la sociedad. Su mundo es su cuerpo. No emite ni postula juicio alguno” (1), su escenario es él mismo, su logro no nos he dado conocer, pues trasciende el lenguaje y la realidad de los pensamientos. Camino impar el de la India a través del Rāja-Yoga, camino para pocos.

Daniel López Salort

domingo, 5 de octubre de 2008

La respiración y el estrés

Denominamos respiración a las acciones internas que implican una transferencia de gases en el cuerpo. Sin embargo, la acción mecánica que pone en marcha la respiración es la inspiración. El papel de ésta es conducir aire hasta los pulmones donde tiene lugar el intercambio de gases y luego expulsarlo otra vez a la atmósfera. Pero nosotros no llevamos el aire a los pulmones de forma consciente. Simplemente, expandimos la cavidad pectoral creando una succión que lleva el aire a los pulmones a través de los conductos superiores.
En descanso, la cavidad pectoral puede ser agrandada de muchas maneras. La especie de caja formada por las costillas puede ser presionada hacia afuera (respiración torácica o pectoral). Los hombros pueden ser comprimidos y empujados hacia arriba (respiración clavicular). La base muscular del pecho puede ser empujada hacia abajo (respiración diafragmática), Todo el mundo utiliza diferentes combinaciones de estas técnicas respiratorias, pero, no obstante, la investigación ha demostrado que solamente una de ellas es realmente eficaz y ésta es la respiración diafragmática. Cualquiera de las otras mencionadas utiliza una cantidad de energía ostensiblemente mayor en el proceso de inhalar oxígeno y expulsar el dióxido de carbono.

El diafragma es quizá de los elementos más citados en las técnicas respiratorias de hoy en día. Consta de una serie de músculos dispuestos en forma de media bóveda que separa la cavidad torácica de la pectoral y abdominal. Está colocado horizontalmente a través del torso y conectado a las costillas inferiores. Durante la inhalación, la cúpula del diafragma se desplaza hacia abajo creando un vacío parcial que obliga a expandirse a los pulmones. Al mismo tiempo, la musculatura abdominal se relaja y sobresale ligeramente.

Esta forma de respirar es la más saludable por muchas razones. Debido a la fuerza de la gravedad, la distribución de la sangre en los pulmones favorece a las áreas inferiores.mezcla de oxígeno y sangre más perfecta Por medio de la respiración diafragmática se atrae hacia estas zonas una mayor cantidad de aire, lo que permite una . Esta respiración es también la más fácil e implica un gasto de energía mínimo.

Durante la respiración torácica el aire va a la zona alta de los pulmones, mientras que la mayor parte de la sangre permanece en la zona inferior de los mismos sin mezclarse tan bien con el oxígeno como en la respiración diafragmática. Los individuos que son eminentemente "torácicos" inspiran con mucha más frecuencia que los "diafragmáticos".

A pesar de que la respiración diafragmática es el método más eficaz, muchos de nosotros fracasamos al utilizarlo. Por otra parte, los lactantes sanos y los niños conocen generalmente la forma más adecuada de respirar, pero sin embargo ciertas actitudes culturales alteran nuestros instintos hacia la respiración torácica, dado que un abdomen sobresaliente no se considera "hermoso".

La respiración puede curar
La respiración diafragmática, al igual que la respiración alternada a través de las fosas nasales, está vinculada con ciertas emociones. El Dr. Alexander Lowen, discípulo de Wilheim Reich, ha dicho que "la profundidad de la respiración afecta la intensidad de los sentimientos". Sostiene que conteniendo la respiración los sentimientos pueden ser reducidos a su mínima expresión y finalmente inhibidos por completo. Esta sería la razón —afirma— por la cual tendemos a contener la respiración en momentos de gran estrés. Por medio de ejercicios apropiados a la relajación muscular y que permiten a su vez una respiración correcta, Lowen piensa que una serie de emociones reprimidas pueden ser liberadas y tratadas. En base a ello utiliza ejercicios de respiración como parte de la psicoterapia. Sin embargo, incluso sin ninguna terapia, el cuerpo descarga automáticamente sus tensiones algunas veces a través de un profundo suspiro, una risa nerviosa o un gruñido.

A todos nos resulta familiar el consejo dado a un niño presa de una histeria repentina: "Cálmate. Respira profundamente varias veces y cálmate".

El uso de ejercicios de respiración para ayudar a establecer un estado de calma está siendo cada vez más aceptado. El Dr. Phillip Muernberger, un experto en problemas de estrés, ha llevado a cabo numerosos tests utilizando técnicas respiratorias En dos estudios independientes, J.V. Hardt y B, Timmons muestran la existencia de una relación existente entre la respiración y las ondas cerebrales. Descubrieron más ondas alfa —que se sabe aparecen cuando el individuo está relajado—, durante el proceso de respiración profunda. Por otra parte, hallaron menos cuando los sujetos se hallaban realizando una respiración rápida y superficial. Las ondas alfa están en mejor correlación con la respiración diafragmática que con la torácica.
El Dr. Paúl Stoksted, investigador danés, piensa que el ciclo nasal está controlado por un centro nervioso denominado ganglio estrellado, ubicado en la base del cuello. Ha experimentado su teoría por medio de bloqueos y desbloqueos alternativos de la transmisión nerviosa a través del ganglio y observado además los inicios y finales del ciclo, reflejados en el cierre y apertura de las fosas. Cree que estos nervios son estimulados finalmente por el hipotálamo, la parte del cerebro que controla las funciones autónomas como la temperatura corporal, la presión sanguínea, la palpitación cardiaca y la toma de conciencia de las sensaciones de placer y dolor. Si el respirar y el placer surgen de una fuente común, es muy posible que puedan estimularse mutuamente.

El sistema nervioso autónomo está dividido en dos ramas: el sistema Simpático y el sistema Parasimpático. El segundo está directamente relacionado con el control de las actividades de reposo —el descenso del ritmo cardiaco y del metabolismo en general—, mientras el primero sirve para acelerar todos los procesos. Bajo cualquier circunstancia en que nos hallemos afectados por el estrés físico o emocional, el cuerpo se adapta a él con anticipación poniendo en acción la rama simpática, es decir, haciendo subir el ritmo cardiaco y acelerando la respiración. Esto se conoce como "respuesta de huida o de lucha". Muchos investigadores opinan que esta respuesta fisiológica, vinculada a las emociones, puede ser perfectamente controlada si la persona aprende a relajarse. El Dr. Herbert Benson, de la Escuela Médica de Harvard, aborda la misma idea en su libro "La respuesta de relajación". Considera que una respiración adecuada es una parte esencial del proceso de relajación, dado que puede ser utilizada para controlar respuestas fisiológicas que siempre se consideraron más allá de todo posible control consciente.

Cuando inspiramos, el tono simpático tiende a aumentar y, cuando espiramos, es el tono parasimpático el que aumenta. A través del control consciente de la respiración es posible disminuir o acelerar las actividades del sistema que ocasiona cambios en los modos y funciones del organismo. La respiración podría ser incluso la clave de las extraordinarias pruebas de control corporal que realizan algunos yoguis.

El Dr. Rudolph Ballentine, del Himalayan Institute, ha dicho que "a partir de nuestra propias investigaciones y de lo que podemos deducir de las llevadas a cabo por otros, sabemos que la respiración está vinculada directamente con el funcionamiento de los órganos, las emociones y la mente. Si esto es cierto, y si se tiene en cuenta que el proceso de respirar puede ser controlado a voluntad, bastaría pensar en el potencial que encierran las técnicas respiratorias para corregir cierta clase de problemas psicológicos y fisiológicos. Tal vez incluso sea posible detectar la susceptibilidad a determinada enfermedad en un individuo, por ejemplo, estudiando sus patrones respiratorios y contrarrestando entonces la patología incluso antes de que aparezca".

Modelo de ejercicio respiratorio
Los seres humanos modernos y civilizados tenemos frente a nosotros toda una amplia gama de agentes productores de tensión que nuestros antepasados apenas conocían, pero, sin embargo, la respuesta física sigue siendo la misma. Dado que la mayoría de nosotros no tenemos la opción de acabar con el estrés a través de la huida o de la lucha, éste se acumula, conduciendo irremediablemente a la tensión.

Una sencilla técnica de respiración puede hacer descender la presión de la sangre y disminuir paulatinamente los estados de ansiedad.

La respuesta de relajación aquieta y equilibra el sistema nervioso simpático. La técnica en sí es muy simple: nos sentamos tranquilamente en alguna posición cómoda (cuidando de mantener algunos elementos esenciales; la espalda ligeramente recta, la barbilla algo inclinada sobre el pecho, etc.) y permanecemos durante algún tiempo relajando profundamente todos los músculos, desde los pies hasta la cabeza. Se debe respirar a través de la nariz de forma consciente y alerta durante el proceso. Al espirar puede pronunciarse aprovechando la salida del aire el mantra "yo soy". Una vez comenzado esto, seguiremos respirando de esta manera, tranquilamente, durante 10 ó 20 minutos. El ejercicio se puede practicar fácilmente una o dos veces al día.

Adriana Paoletta

Teoria Via: M. Salgado

sábado, 4 de octubre de 2008

Swara Yoga: La ciencia Tántrica de la Respiración Cerebral.Swami Muktibodhananda

Swara Yoga: La respiración a través de Ida y Pingala


Las dos sílabas que componen la palabra Hatha , encierran su verdadero
significado. Ha quiere decir luna y tha quiere decir sol.Hatha Yoga es la unión del sol y de la luna. Dentro del cuerpo el sol y la luna representan simbólicamente la fuerza vital y la fuerza mental.Cuando estas dos fuerzas se equilibran se despierta una tercera fuerza conocida con el nombre de Kundalini.

El sol representa el nadi Pingala, que conduce la energía vital y la luna al Nadi Ida, que conduce la energía mental.Estas energías son las dos caras de una misma moneda y rigen el funcionamiento del hombre en todas las facetas de su vida.El Yoga tiene como objetivo primordial, mantener el equilibrio entre ambas fuerzas, ya que de ello depende la salud psicofísica y el desarrollo espiritual del hombre.

¿Cómo repercuten estas fuerzas en nuestra vida?

Los nadis Ida y Pingala están conectados con las fosas nasales, el sistema nervioso autónomo y los hemisferios cerebrales.


Nadi Ida : está vinculado a la fosa nasal izquierda (Swara Lunar), al sistema nervioso parasimpático y al hemisferio derecho del cerebro.

Nadi Pingala: está ligado a la fosa nasal derecha (Swara Solar),al sistema nervioso simpático y al hemisferio cerebral izquierdo.

La actividad de los nadis fluctúa .A lo largo del día y de la noche, el flujo respiratorio va cambiando alternativamente de una fosa a la otra en intervalos de una a dos horas. Este pasajero predominio de la actividad de una fosa sobre la otra asegura el equilibrio del cuerpo-mente y es regulado y condicionado por las distintas variables;entre otras las posiciones del sol y la luna, el clima, la actividad que desarrolla la persona, los deportes y el tiempo de descanso.
Si la respiración de una fosa prevalece durante un tiempo superior a dos horas, es síntoma de que existe algún desequilibrio debido a un exceso de calor o frío en el organismo. La alternanacia adecuada de la respiración nasal, garantiza el equilibrio de la temperatura corporal y de todas las funciones fisiológicas.

La alternancia de la respiración nasal es conocida en la medicina como rinitis pendular, y el Swara Yoga, una antigua rama yóguica poco conocida en Occidente, estudia en profundidad las repercuciones de dichas fluctuaciones respiratorias.

A lo largo del día, debe predominar durante 12 horas la respiración solar y otras doce horas la respiración lunar.Esto no significa que la alternancia tenga que ser matemáticamente perfecta. Hay muchas circuntancias cotidianas que modifican este flujo: durante la noche hay más predominio de la respiración por la fosa izquierda y durante el día , de la fosa derecha.

Todas las prácticas del Yoga inducen a un equilibrio natural de ambos Swaras( Solar y Lunar), para crear un equilibrio entre las fuerzas de extroversión e introversión de la persona, el equilibrio sincrónico de ambos hemisferios cerebrales y el sistema nervioso central.

Adriana Paoletta