sábado, 25 de julio de 2009

Mahakala mantra para protejer tu camino espiritual.

Gracias, Love
Mahakala, dios de la muerte, es una de las más importantes deidades protectoras del Dharma. Con su aspecto y forma airados protege a los discípulos de todo tipo de obstáculos en el camino espiritual.
Al igual que el negro absorbe todos los colores, todas las cualidades y las formas se funden en Mahakala. La ausencia total de color, simboliza la naturaleza de Mahakala como realidad última. Mahakala de tez oscura representa trascendencia de todo tipo. Etimologicamente Kala, significa tiempo. Así, Mahakala simboliza la naturaleza cósmica de tiempo, en el que todos nos disolvemos.

OM MAHAKALA KALA BIKALA RATRITA DOMBINI CHANDALI RAKSHASI SINGHALI DEVIBHYO HUNG PHET OM SHRI MAHAKALA HUM PHAT

Vía:gracias a Alma de mantras del mundo!

domingo, 19 de julio de 2009

PRIMERA TESIS :Fernando Tola y Carmen Dragonetti .Unidad en la diversidad: Las tradiciones filosóficas de la India y de Occidente


Por lo menos hasta el siglo XVII, la India, por un lado, y Grecia y Europa, por otro lado, eflexionaron muchas veces sobre los mismos temas filosóficos, y de la misma manera.
En la India, Grecia y Europa hasta esa época por lo menos se encuentran los mismos o idénticos problemas filosóficos, las mismas o idénticas formas de enfrentar esos problemas, las mismas o idénticas soluciones.

En sus Prolegomena, p. 113, in Werke V, Suhrkamp ed. (= A 3, 4) Kant (1724-1804), se refiere a algunos estudiosos (Es gibt Gelehrte…) «que piensan que nada puede ser dicho, que no haya sido dicho antes» (… kann nichts gesagt werden, was ihrer Meinung nach nicht schon sonst gesagt worden ist), e inmediatamente después expresa la idea de que, como el entendimiento humano ha elucubrado sobre innumerables temas en muchas maneras diferentes durante muchos siglos hasta hoy, es difícil no encontrar nuevas ideas a las que alguna idea vieja y similar no le corresponda (... da der menschliche Verstand über unzählige Gegenstände viele Jahrhunderte hindurch auf mancherlei Weise geschwärmt hat, so kann es nicht leicht fehlen dass nicht zu jedem Neuen etwas altes gefunden werden sollte was damit einige Ähnlichkeit hätte). En su tratado Über eine Entdeckung nach der alle neue Critik der reinen Vernunft durch eine ältere entbehrlich gemacht werden soll,Vol. V, p. 364, Suhrkamp edition (= BA 110, 111), Kant se refiere al mismo tema.
Kant correctamente se opone a la idea de que nada nuevo pueda ser dicho: es posible que nuevas ideas surjan, nuevas ideas que no tienen como predecesoras a ideas similares. Ésta es la condición sine qua non para el avance del pensamiento.

Nos gustaría agregar a la opinión de Kant que, así como no es difícil encontrar nuevas ideas a la que alguna más vieja, similar, no le corresponda, de la misma manera no es difícil tampoco encontrar muchas ideas que se supone son nuevas pero a las cuales ideas más viejas, similares, sí les correspondan – especialmente si ensanchamos el límite geográfico y cronológico de la investigación. Ésta es la asunción que hace posible nuestra investigación sobre los paralelismos entre el pensa- miento de la India y el pensamiento de Occidente, y que da un ámbito mucho más amplio al pensamiento europeo e indio: ellos dejan de ser pensamiento occidental o
pensamiento oriental y se convierten en pensamiento universal.

La confrontación de ideas, teorías y doctrinas indias y occidentales implica una actividad comparativista. No es necesario llevar a cabo un estudio comparativo detallado de las doctrinas
indias y griegas o europeas que nos parezcan similares. Sin entrar en detalles, es suficiente simplemente señalar las doctrinas griegas o europeas que presentan similitudes con las doctrinas indias sin tomar en cuenta los sistemas a los cuales ellas pertenecen.

Además, pensamos que no es posible comparar un sistema filosófico indio como un todo con un sistema filosófico occidental como un todo. En general, los sistemas indios y los sistemas occidentales parten de postulados diferentes (tales como las reexistencias y el an2ditva o inexistencia de comienzo del lado indio, opuestos a una única existencia y un primer principio en los sistemas occidentales), y este hecho hace de la comparación de ambos una tarea imposible. Con todo, pensamos que es posible señalar doctrinas griegas o europeas que constituyen elementos de los sistemas griegos o europeos y presentan similitudes con las doctrinas indias que son a su vez elementos de determinados sistemas de pensamiento indios.
Helmuth von Glasenapp acostumbraba decir que los sistemas de pensamiento son como grandes pinturas en mosaicos cada una de las cuales representa una escena diferente: todas ellas tienen en común muchas pequeñas piezas de material (vidrio, piedritas, etc.) de color y forma similares o idénticos. Es imposible comparar una de esas pinturas como un todo con la otra pintura también como un todo, pero es posible descubrir idénticas o similares piezas en cada una de ellas.

Lo mismo ocurre con los sistemas filosóficos: como un todo ellos pueden ser absolutamente
diversos, pero es posible encontrar en cada uno de ellos doctrinas que pueden ser correctamente comparadas. Esta es la clase de comparación que pensamos es necesaria cuando examinamos si existió tal cosa como una Filosofía de la India o no.
Una comparación, no importa cuán superficial sea, entre doctrinas indias y occidentales, además de ser necesaria con respecto al problema de la existencia de Filosofía en la India, puede ayudarnos a comprender, aceptar y evaluar el pensamiento indio bajo mejores condiciones. Este procedimiento comparativista nos permite descubrir que el pensamiento indio no está tan alejado del pensamiento occidental como generalmente se cree, ya que muchas cosas que fueron pensadas en la India y pueden parecernos extrañas, exóticas o incluso absurdas fueron también pensadas en Occidente y gozaron de una profunda aceptación por largo tiempo.

En los últimos años hemos estado dedicados a un proyecto de investigación sobre este tópico especial de las similitudes entre el pensamiento indio y el occidental. En 2003, en un folleto titulado Sobre el mito de la oposición entre filosofía occidental y pensamiento de la India y que lleva por sub-título El sistema filosófico Samkhya: Dualismo Espíritu/Materia. Materialismo sui generis. Evolucionismo.

Ateísmo, y publicado por nuestra Fundación Instituto de Estudios Budistas FIEB,dimos a conocer los primeros resultados de esta investigación, y en él ofrecimos ejemplos de similitudes entre temas, ideas, conceptos, doctrinas del sistema filosófico ortodoxo hinduista S23khya y de la filosofía de Occidente, griega y europea.

Otros resultados acaban de aparecer en marzo del 2004 en un libro de unas 300 páginas, en inglés, publicado en Alemania por la editorial Olms (F. Tola and C.Dragonetti, On the Myth of the Opposition between Indian Thought and Western Philosophy, Hildesheim, Olms Verlag, 2004). En este libro presentamos también un gran número de similitudes entre ideas, teorías y doctrinas expresadas, de un lado,en los Vedas, en las Upanishads y en el sistema S2mkhya y, del otro lado, por autores occidentales, griegos o europeos. En este libro ofrecemos los textos sánscritos originales que contienen las ideas, teorías, doctrinas acompañados de nuestra traducción al inglés, y además los correspondientes textos occidentales, en griego,latín, alemán, inglés, francés, italiano, con su traducción al inglés, de modo que el lector pueda tener acceso directo por sí mismo, y en forma que no deje lugar a duda, a las sorprendentes e irrefutables similitudes que aducimos.

Daremos un ejemplo de dichas similitudes entre el pensamiento indio y el occidental que surgen por un estudio de este tipo comparativista.
La teoría Samkhya de la causalidad, la llamada satk2ryav2da que sostiene que el efecto preexiste en su causa antes de su manifestación, tiene una perfecta correspondencia con las ideas expuestas y aceptadas por Hegel (Wissenschaft der Logik,primera parte, libro segundo, tercera sección, capítulo tercero, pp. 223-228 de la edición Suhrkamp de las Obras de Hegel), por Santo Tomás (Summa Theologiae, I, 2,19, 5), y finalmente por Leibniz (Catena mirabilium demonstrationum de summa rerum, en Philosophische Schriften I, p. 6, edición Insel Verlag).
Otras similitudes de igual naturaleza se encuentran entre doctrinas expresadas a. en los Vedas y, en Occidente, por Órficos y Neo-platónicos (mitos de creación); Plotino (lo Uno como origen de todo); Goethe, San Agustín y Leibniz (la exaltación de los efectos de la acción en el destino humano); los Estoicos, el poeta-filósofo Manilio, Guillermo de Conches, Honorio d’ Autun y Arnaud de Bonneval (el Orden Cósmico);b. o expresadas en las Upanishads y, en Occidente, por los Estoicos y Descartes (el alma como soplo); los Pre-socráticos, Aristóteles, Marco Aurelio, Escoto Erigena (la noción de arché o Principio originario, sustento y fin de todo); Descartes y
Spinoza (la noción de sustancia y la vinculación del espíritu con las funciones men -tales); Platón, Aristóteles, Manilio, Pedro Abelardo, Adelardo de Bath, San Agustín,San Basilio, Cornelio Agrippa, Giordano Bruno, Leibniz, Schelling (el anima mundi o ‘alma del mundo’); Spinoza (la noción abstracto-impersonal del Principio Supremo); San Agustín, Raimundo Lulio y Hegel (las estructuras triádicas); los Estoicos, Plotino, Sinesio de Cirene y Proclo (las correspondencias entre el macrocosmo y el microcosmo);c. o expresadas en el sistema Samkhya y, en Occidente, por Kant, Wolf, los Maniqueos (Dualismo); Meliso, Empédocles y Lucrecio (el principio ex nihilo nihil:nada surge de la nada); Hegel, Santo Tomás, y Leibniz (la concepción de la identidad
de la causa y el efecto); d’Holbach, Schelling, Leibniz y Bonnet (la concepción de la materia y de sus elementos constitutivos); Anaxágoras y Schelling (la constitución y naturaleza de la materia); Heráclito, los Estoicos, Aristóteles, Orígenes,Leibniz, J. W. Petersen (la teoría del eterno retorno); Aristóteles y Santo Tomás (pruebas de la existencia de una entidad trascendente); Descartes y Leibniz (relación entre el espíritu, alma, y la materia, cuerpo); Órficos, Pitágoras, Empédocles,Platón, y otros muchos, tanto antiguos como modernos (la creencia en la transmigración);Leibniz (la noción de cuerpo sutil; el problema de la existencia del mal en
el mundo); d’Holbach (el ateísmo).
Los anteriores ejemplos se refieren a las similitudes con relación a temas de la reflexión filosófica. Ahora señalaremos una similitud con relación al método frecuentemente adoptado por pensadores indios y occidentales, que reduce fuertemente en ambos casos la credibilidad de sus conclusiones.

En la tradición Brahmánica o Hinduista de la India, por ejemplo, existen creencias que vienen del Pasado, sería mejor decir: que son impuestas por el Pasado,tales como la creencia en las reencarnaciones, en la existencia de un >0vara (Señor,Dios), en la infalibilidad de la _ruti Revelación). Estas creencias son inconscientemente aceptadas o incorporadas por un gran número de pensadores, ellas son para ellos asunciones indiscutibles, que no necesitan ser demostradas. Ellas pueden ser llamadas «dogmas culturales» (similares a otros dogmas que se encuentran en otras tradiciones indias). Estas creencias están basadas en la fe más que en la observación y establecimiento de hechos o en argumentos racionales válidos. La fuerza que ellas
poseen es incomparablemente más grande que la fuerza de los argumentos que algunas veces son aducidos en soporte de ellas. Podría decirse que el hecho de estar basadas en la fe les da más fuerza que si ellas estuvieran basadas sólo en argumentación lógica.

No discutimos o ponemos en cuestión el valor de la fe como fundamento de una creencia, pero pensamos que lo que no puede ser negado es que un acto de fe no puede ser considerado como un proceso mental racional. Muchos pensadores brahmánicos o hindúes usaron estos dogmas culturales como puntos de partida, bases o postulados para construir sobre ellos sus sistemas doctrinarios.

Es necesario señalar aquí que, aún cuando los pensadores indios usaron algunos de sus dogmas culturales, a los cuales se les atribuye una autoridad a priori (un procedimiento que podría ser considerado como un ejemplo de comportamiento no racional), como punto de partida, base o postulado para construir sus sistemas doctrinarios filosóficos, con todo, estos mismos pensadores en sus argumentaciones se sometieron a los más estrictos requerimientos de la razón y de la lógica.

Debemos reconocer el hecho de que la misma opinión puede ser expresada con relación a los pensadores occidentales (podríamos incluso decir con relación a los pensadores pertenecientes a cualquier cultura): a pesar de seguir los requerimientos más racionales y lógicos en sus razonamientos, ellos construyen sus teorías sobre bases o postulados frágiles que no son otra cosa que sus propios dogmas culturales.

Entre estos dogmas culturales occidentales se encuentran la creencia en Dios, la creencia en la inmortalidad del alma, la autoridad de los textos cristianos, la infalibilidad de la Biblia, etc.
Podemos cuestionar, en ambos casos, en India y en Occidente, la validez de sus dogmas culturales, pero no podemos encontrar defectos lógicos en lo que ellos construyeron sobre la base de estos dogmas. Son verdaderas construcciones de granito y acero sobre fundamentos de arcilla.

Descartes, por ejemplo, refiriéndose a sí mismo en el Prefacio de su Discours de la méthode, en Oeuvres de Descartes, Vol. VI, p. 1, claramente dice: «la existencia de Dios y del alma humana son … los fundamentos de su Metafísica» (l’ existence de Dieu & de l’ame humaine, … sont les fondaments de sa Métaphysique).
También, en la Sexta Responsio a las objeciones hechas contra su Meditationes de prima philosophia, en Oeuvres de Descartes, edición Ch. Adam & Paul Tannery,Vol. VII, pp. 429-430, afirma: «… ciertamente es necesario comenzar con el conocimiento de Dios y enseguida los conocimientos de todas las otras cosas tienen que estar subordinados a ese solo [conocimiento]» (…nempe incipiendum est a Dei cognitione ac deinde aliarum omnium rerum cognitiones huic uni sunt subordinandae).

Y en su Epistola, Vol. VII, p. 1, que precede a sus Meditationes De Prima Philosophia, in quibus Dei existentia, & animae humanae à corpore distinctio, en forma más contundente nos dice: ... nam quamvis nobis fidelibus animam humanam cum corpore non interire, Deumque existere, fide credere sufficiat ... Et quamvis omnino verum sit, Dei existentiam credendam esse, quoniam in sacris scripturis docetur, & vice versa credendas sacras scripturas, quoniam habentur a Deo … En su versión francesa, Vol. IX, Oeuvres, p. 4: ... Car bien qu’il nous suffise à nous autres qui sommes fideles, de croire par la Foy qu’il y a vn Dieu, & que l’ame humaine ne meurt point auec le corps, ... Et quoy qu’il soit absolument vray, qu’il faut croire qu’il y a vn Dieu, parce qu’il est ainsi enseigné dans les Saintes Escritures, & d’autre part qu’il faut croire les Saintes Escritures, parce qu’elles viennent de Dieu …: «...Pues aunque a nosotros que somos creyentes (fideles) nos
basta creer por la Fe que el alma humana no perece con el cuerpo y que Dios existe ... Y aunque sea absolutamente verdadero que es necesario creer en la existencia de Dios, porque así es enseñado en las Sagradas Escrituras, y vice versa hay que creer en las Sagradas Escrituras, porque provienen de Dios …»

De estos textos de Descartes surge la importante función que le corresponden a la fe y a las Escrituras Sagradas, es decir la Revelación, frente a los temas de la existencia de Dios y la inmortalidad del alma que son para Descartes los temas fundamentales de la filosofía.

sábado, 18 de julio de 2009

Padre Bede Griffiths, su vida, su enseñanza en la India


Este respetado fraile benedictino y guía espiritual, nació en 1906 en Inglaterra en el seno de una familia de clase media. Educado en Oxford, dejó su país natal en 1955, atraído por la filosofía y religión de la India, adonde fue en busca de "la otra mitad de su alma". Se instaló en el ashram de Saccidanada, llamado Shantivanan (Morada de la paz), conduciéndolo desde 1968 hasta su muerte con un estilo sencillo que incorporaba elementos tanto orientales como occidentales. Llegó a ser reconocido como un gurú por los aldeanos de la ciudad, viviendo voluntariamente en la pobreza y consumiendo sólo lo indispensable. Para él, la vida debía estar libre de necesidades artificiales viviéndose al día y en equilibrio con la naturaleza. Así, en el ashram se cultivaba únicamente lo necesario para la subsistencia.

Aunque cristiano devoto, portaba el "Kavi" – hábito azafrán del santón hindú - y andaba descalzo. Todo lo que hace referencia a él representa la simplicidad, valor central de su vida, que fue adoptando paulatinamente al ir asimilándose a la austera India. Contrario a las grandes ciudades por su deshumanización y alejamiento de la vida natural, rehusó asimismo la seguridad de la vida monacal. Vivió consecuentemente su convicción de que la libertad espiritual se consigue sólo a través del desapego, abogando por las comunidades pequeñas de cooperación mutua para el crecimiento de todos, en armonía con la naturaleza, y con la mayor prescindencia posible de necesidades materiales. "Vivir despojado", no como un sacrificio, sino gratamente, como un camino para encontrar el gozo espiritual.

El Padre Bede consagró gran parte de su vida al estudio y la comprensión de la relación entre la religión cristiana y la tradición religiosa hindú y budista, sin dejar de lado la integración entre ciencia y misticismo. Esto ha hecho que se le compare con Lama Govinda. Para ambos, debía producirse un cambio cultural profundo, una síntesis entre Oriente y Occidente, donde la ciencia occidental y el pensamiento y tradición oriental encontraran un desarrollo compartido. Las religiones están unificadas en su origen, difiriendo sólo en lo exotérico. Al profundizar en su contenido esotérico nos acercamos a su fuente. Cada tradición encierra una verdad eterna que se manifiesta de forma distinta, siendo la tarea actual de la humanidad el ir en busca de esa verdad esencial e interna de cada tradición, de donde emergerán las posibles soluciones.

El Padre Bede creía en un renacimiento de las verdades profundas a través del enriquecimiento del cristianismo con la experiencia oriental. La comprensión e interrelación entre ellas produciría paulatinamente la emergencia y florecimiento de las simientes verdaderas. Pensaba asimismo que la incorporación de una visión no dualista (advaita) era esencial para la sobrevivencia espiritual humana. Junto al privilegio del aspecto contemplativo de la experiencia religiosa, está el "abandono de sí mismo", primeramente de los sentidos y luego de la mente y sus limitaciones. La forma de llevar esto a la práctica es a través de la meditación, la que permite experimentar algo de la realidad trascendente y del acercamiento a Dios. Su realización perseverante y prolongada incidirá en la actitud hacia las otras personas y hacia el mundo circundante, propagándose sus efectos a todas las cosas.

El camino hacia la espiritualidad es difícil de llevar a cabo si no se tiene un entrenamiento adecuado. Por esto, las personas comunes necesitan "apoyos", como la oración, los rituales, los cantos devocionales. Todo tiene su lugar, como asimismo el amor hacia las personas, hacia la naturaleza y la belleza, lo que facilita un acercamiento mayor a este gran misterio trascendente. Es la percepción del universo como un organismo vivo y sagrado, del que todos y todas las cosas formamos parte. Esto es válido para cualquier religión, y estas verdades comunes, y por tanto posibles de compartir, eran las realzadas por el Padre Bede. La idea de un Dios trascendente pertenece mas bien al punto de vista bíblico, pero es perfectamente compatible con el enfoque hinduísta de un Dios inmanente.

Como ésta, hay gran cantidad de verdades esenciales que pueden ser complementarias y que merecen ser trabajadas en este tiempo, buscando la unificación. La expresión "venimos de la unidad y vamos a la unidad" manifiesta que existe afinidad en la esencia tanto del hinduísmo como del budismo y del cristianismo, y que sus diferencias y contradicciones sólo están en la superficie. La distorsión de una verdad y, por lo tanto, el inicio de las diferentes corrientes, comienza en el momento mismo en el que aquella entra en nuestro mundo de tiempo y de materia, debido a los distintos grados de comprensión y a la necesidad de emplear el lenguaje, de por si insuficiente e imperfecto, para referirse a lo ilimitado, a lo divino.
Otra diferencia aparente entre Este y Oeste es la concerniente a la relación con Dios. Para el oriental la relación con Dios es en términos de consciencia, donde el pecado es la ignorancia, vista como inconsciencia de niveles superiores de mayor amplitud. En la tradición judeo-cristiana la relación se concibe en términos morales, como pecado versus virtud. Pero ambos están interrelacionados. Al situarse la ignorancia en la consciencia y el pecado en la voluntad, son dependientes entre sí. Para el cristiano, Dios es omnipotente allá en el Cielo, y el hombre, su criatura acá en la Tierra, trata de merecer su Gracia mediante la práctica de la virtud. El oriental ve la unidad de Dios en todos los seres y acontecimientos, y busca a Dios dentro de sí como una parte de Dios que es el mismo. A nivel profundo ambas versiones son valederas y convergentes.

Para la tradición hindú, Dios es Sat-chit-ananda (Ser-Conocimiento-Bienaventuranza), pura consciencia. Para el cristianismo, Dios no sólo puede considerarse como un estado de consciencia, sino como una relación de amor. El amor cristiano sería paralelo al ahimsa (la no violencia) del hinduísmo y a la compasión del budismo, aunque cada cual con un carácter distintivo. En la tradición hindú, la persona al final desaparece, pero en la tradición cristiana, la realidad última es personal o interpersonal. Mediante el amor nos salimos de nosotros mismos y nos entregamos a otro, y sin perdernos en el otro somos uno, pero a la vez diferentes. En la consciencia existe una sola identidad, pero no ocurre así en el amor, ya que él implica al amante y al amado, cuya comunión los convierte en uno. Es una paradoja.
Todos tenemos la misma capacidad de trascendernos y experimentar la unidad con Dios, diferenciándonos en los diversos grados de apertura hacia lo divino. Esta posibilidad coincide en las diferentes religiones, aunque con matices. Para el hindú es posible devenir Dios, pero para el cristiano esta realización no puede ser completa para un ser humano. Podemos unirnos a El, experimentar Su amor, pero El estará siempre más allá, debido a nuestras limitaciones. No podemos ser Él.

Se aprecia una marcada diferencia entre Oriente y Occidente en la concepción del tiempo. En las religiones orientales el tiempo es cíclico: personas y avatares vuelven una y otra vez y no hay un final. Hebreos y cristianos, en cambio, tienen un punto de vista lineal donde el tiempo transcurre hacia un final en el que Jesús lleva todo a un nuevo comienzo en otro plano: culminación y trascendencia del tiempo y el espacio
en la resurrección.. Al ser lineal esta perspectiva, esta trascendencia se produciría en un momento histórico, a diferencia del hindú, que transita en su proceso de devenir Dios a través de los ciclos de renacimiento. La base común de estas visiones está en la posibilidad de revelación divina, factible a todos de acuerdo a su capacidad y grado de apertura. Capacidad que puede crecer y llegar a ser total.

Un paso inicial y fundamental para esta transformación es la fe, no en su sentido común de creencia, sino como anhelo de conocimiento profundo. Estrictamente hablando, la fe es una iluminación de la mente, pero se emplea indebidamente como sinónimo de creencia en lo no demostrable. La fe debe llevar a la experiencia, y ésta a la apertura de la mente ante la realidad trascendente, el verdadero conocimiento. Así, la fe debe actuar como motor para un comienzo en el experimentar y conocer. Sin esto, se transforma en teología vacua, puramente intelectual. La mera creencia no nos salva ni nos transforma, es limitada, pasiva. Sólo una "fe conformada por el amor", una fe real, nos abre a lo divino. Y de esta tenemos poca en el cristianismo, donde muchos sólo creen.

Desde remotos tiempos se ha simbolizado a Dios, la divinidad, la realidad última, con la luz, en oposición a la oscuridad de la ignorancia, el pecado y la muerte. Curiosamente, sin embargo, para el Padre Bede lo supremo se encuentra en la "divina oscuridad", tras un viaje que sobrepasa a la imaginación, a los pensamientos, a la mente, hasta llegar a Dios, oculto en las profundidades del inconsciente. En el trayecto hay que descartar muchos demonios y distracciones, los que parecieran ser - desde el punto de vista del Padre Bede - fenómenos de la luz. Toda visión sería consecuencia de la luz, de un mundo témporo-espacial, de no-Dios, quien es lo no formado, lo invisible, lo incognoscible. Así, Dios sólo puede ser encontrado en la oscuridad del centro interno del ser.

El cristianismo necesita crecer, reconstruir su teología con nuevos aportes, pues el Platonismo y el Aristotelismo que la fundamentaron en el Medioevo ya se hacen insuficientes. Una fuente de esa nueva savia se puede encontrar en el misticismo oriental, en sus intuiciones profundas coincidentes, más allá de lo exotérico separatista. Otra fuente viva de aporte debería ser la ciencia contemporánea, cuya visión del mundo ha ido penetrando gradualmente todos los estratos y su asimilación tendrá que llevar a una nueva teología. La ciencia está redescubriendo lo sagrado y la realidad reverenciable del universo. Se vuelve a la concepción de que el cosmos se refleja en nosotros. Ella desapareció durante el Renacimiento cuando se instauró la división entre el ser humano como observador separado de un universo material exterior a él. Para el hindú todo es sagrado, pero como el cristiano occidental ha perdido esta visión - que todo pueblo nativo inicialmente tuvo – necesita recuperarla. En ese proceso son de gran ayuda las ideas de Einstein, Bohm, Sheldrake, Capra y otros que, al modo occidental, han redescubierto los viejos valores universales. Es una oportunidad histórica única para renovarnos y ampliar nuestro horizonte de comprensión.

Actualmente hay una gran efervescencia por esta búsqueda, lo que ha producido en diferentes niveles acercamientos entre Este y Oeste. El transplante ideológico y cultural es bilateral. Así como occidente se vuelca hacia oriente en busca de respuestas existenciales, así también los orientales implantan en sus pueblos los valores de la tecnificación, industrialización y ciencia occidentales, en contrapunto con la vida tradicional conservada por las generaciones mayores. Todo este movimiento de transferencia debería, a pesar de demoras y conflictos, llevar a una síntesis valiosa para ambos, en la que los valores profundos de ambas partes confluyan y se encuentren. Se puede apreciar en la práctica que las nuevas ideas científicas como la teoría cuántica, el orden implicado o los campos mórficos son aplicables tanto a escala humana como a nivel fundamental, fusionándose así el macrocosmos y el microcosmos en un todo único e indivisible. Las implicancias son de tal magnitud que no se pueden limitar sólo al ámbito científico, sino que comprometen en igual medida a la filosofía, al misticismo, y a toda la consciencia humana.

A pesar de la diversidad de intereses del Padre Bede, su gran obra fue su vida, su búsqueda de simplicidad, su constancia en llevar su comprensión a la experiencia, y su esfuerzo continuo por el logro de la unificación de lo mejor de las religiones oriental y occidental. En especial, la búsqueda de lo que nos une por sobre lo que nos separa, la persecución de las coincidencias por sobre los antagonismos aparentes. Él veía a la hermandad humana subyacer bajo cualquier diferencia aparente, y en forma intuitiva buscaba los puentes de comunión. Esta cualidad se evidenciaba ya en su primera juventud, cuando formó una comunidad con sus amigos en Inglaterra, como alternativa a lo que estimaba como artificioso y superficial en el intelectualismo, la industrialización e incluso las grandes iglesias. Este hombre sensible, que de joven se extasiaba ante la poesía, y que con los años se transformó en un erudito, fue paralelamente descartando de su vida todo lo no esencial, todo artificio y exceso. Supo rodearse de lo mejor de la tradición oriental y del pensamiento occidental, acudiendo a congresos de ciencia y misticismo con la vanguardia de la ciencia contemporánea, leyendo a los más connotados filósofos, teólogos y místicos. Por sobre todo, fue un gran ecumenista que supo aprender de la esencia de todas las corrientes y sintetizarlas en su vida y afán unificador.

Algunas de sus obras son: "The Golden String", que describe su búsqueda espiritual; "The Marriage of East and West", que habla de la síntesis de pensamiento entre ambas tradiciones; "Return to the Center", que contiene pensamientos sobre la unificación religiosa; "Christ in India", con ensayos sobre religiones comparadas y filosofía; y su última obra, "The Cosmic Revelation", sobre los Vedas. Además de los escritos, el Padre Bede logró hacer de su ashram un centro de encuentro de personas de diferentes religiones, en un ambiente de paz, sencillez y calma que propiciara las prácticas contemplativas y el diálogo en comunión. Una biblioteca esencial, comida vegetariana, meditación, cánticos budistas, hindúes y cristianos, velas e incienso, se reunían en una atmósfera espiritual universalista en la que no existía la segregación.

El Padre Bede Griffiths falleció el 13 de Mayo de 1993 en su ashram, a la edad de 86 años, dejando una gran tarea por continuar, como es el fortalecimiento de ese puente tendido entre el cristianismo y las tradiciones orientales, el que significará una base fundamental para la sobrevivencia espiritual.

Tatiana Reyes
Vía : revista Alcione

martes, 14 de julio de 2009

La crisis india

Un misionero de larga trayectoria explica por qué la religión más difundida en la India, cuando es instrumentalizada por la política, desemboca en odio anticristiano. Como sucede en estos días

Piero Gheddo

El hinduismo es la única gran religión que no tiene un fundador. Es un conjunto inorgánico de creencias y de ritos, que se ha formado durante milenios en un proceso incesante de transformación. Es hindú no aquel que cree en determinadas verdades dogmáticas sino quien ha nacido en una comunidad tradicional de la India cuyos miembros tienen ciertos derechos y deberes de orden social, no religiosos: reglas que tienen que ver con la dieta, la pureza ritual o las distintas formas de comportamiento social.

La dificultad para comprender la India procede también de esa indeterminación de su religión nacional, que ha creado una gran civilización uniendo a pueblos muy distintos, pero que hoy atraviesa una fortísima crisis de identidad frente al avance de la civilización moderna. Para comprender los ataques a las misiones cristianas de nuestros tiempos es necesario partir de este dato de hecho. El único fundamento dogmático, por llamarlo así, del hinduismo es la “reencarnación de las almas”. Las sagradas escrituras (escritas en sánscrito, y que se remontan a 2000-1000 años antes de Cristo) hablan claro: «Aquellos cuya vida ha sido virtuosa –dice el Chandogya Upanishad– renacen en el cuerpo de un brahmán, de un noble guerrero o de cualquier otro ser humano honorable. Aquellos que se han abandonado a los vicios renacen en seres inferiores y viles, en el cuerpo de un paria, de un perro, o de cualquier otro animal inmundo». El alma (atman) es eterna, pero vive siempre en cuerpos de hombres o de animales, pasando de uno a otro cuando la muerte del cuerpo precedente la libera, y renace según el karma de cada uno, es decir, según las acciones llevadas a cabo en la vida precedente. La existencia humana es un ciclo de nacimiento y renacimiento, hasta su definitiva liberación.
El fundamento de la India tradicional es el sistema de castas, una sociedad jerárquicamente ordenada, con derechos y deberes bien definidos para cada casta, con el fin de poder asegurar la paz de toda la sociedad y un mejor karma para todos. Las castas hacen que la sociedad hindú sea estática y, aunque fueron abolidas desde la independencia de 1947 y por la Constitución, continúan regulando la vida de cientos de millones de indios, especialmente en las zonas rurales. Sin embargo las castas crean una solidaridad real dentro de cada casta, “uno para todos y todos para uno”. Esta estructura de pequeñas unidades graníticas es el secreto de la supervivencia del pueblo hindú a través de los milenios. El hinduismo, que ha permanecido inmóvil desde siempre, se está renovando por la influencia de las misiones cristianas desde mediados del siglo XIX a través de distintas samaj (asociaciones) y de grandes personalidades religiosas, algunas de las cuales (Gandhi, Vivekananda, Vinoba Bhave, Aurobindo) están fuertemente influenciadas por la figura de Jesucristo y por el cristianismo (cosa que no sucede en la renovación islámica). El neo-hinduismo trata de conservar los valores fundamentales de la tradición hindú (sobre todo la religiosidad), rechazando, sin embargo, aquello que es incompatible con el mundo moderno. Pero mientras, tras la subida al poder de Rajiv Gandhi (hijo de Indira, asesinada en 1984) y la caída del muro de Berlín (1909), la India ha renunciado al modelo soviético de desarrollo y se ha situado con decisión en el libre mercado, lo que ha producido un boom económico y un bienestar desconocido hasta ahora. Aunque está atravesando una fuerte crisis, el hinduismo tradicional está resurgiendo por el nacimiento de distintos partidos que ocupan el lugar del Congress Party, basados en el sistema de castas y que instrumentalizan el sentimiento religioso del pueblo.

El desarrollo económico y social de la India se está viendo frenado en la actualidad por las castas, una estructura social milenaria que no desaparece de un día para otro. Por un lado están las fuerzas políticas, culturales y religiosas modernas de la India, que tienden a la democracia y a la libertad de pensamiento y de religión; por otro las fuerzas de la indutva (el nacionalismo religioso-político), que tienden a imponer en todo el país, incluso mediante la fuerza, el principio según el cual «el verdadero hindú es únicamente el hinduista», y que se enfrentan a los musulmanes (el 13% del total de la población) –que responden ojo por ojo– y a los cristianos (el 3%), que no albergan sentimientos de venganza y que terminan siendo el chivo expiatorio de la situación. Los asaltos a las misiones y a las obras cristianas se han convertido en un hecho casi cotidiano en algunos estados del centro-norte del país (Orissa, Madhya Pradesh, Uttar Pradesh, Gujarat, Bihar).

El motivo fundamental de esta violenta reacción anti-cristiana es la conciencia de que el “mundo moderno” acaba destruyendo inevitablemente la sociedad hindú tradicional. La presencia de las pequeñas comunidades cristianas entre el pueblo difunde los valores del mundo moderno: valor absoluto de la persona humana, igualdad de todos los hombres ante el Estado, igualdad de derechos del hombre y la mujer, libertad de pensamiento y de religión, justicia social. Si el pueblo hindú entra en esta lógica “moderna” abandona el hinduismo, y la India pierde su cultura e identidad profundas. Las élites hindúes, tanto religiosas como laicas, en parte a través del diálogo con el cristianismo y con la obra de las escuelas cristianas, dentro de las que se encuentran las universitarias (las más prestigiosas de todo el país, el 12%), han madurado una visión superior del hinduismo que permite de alguna manera seguir siendo hinduista viviendo plenamente dentro de la modernidad. Pero las masas populares (el analfabetismo alcanza el 35% de la población) viven todavía un hinduismo tradicional y son más fácilmente instrumentalizadas por los partidos políticos extremistas.

El extremismo hinduista contra las misiones cristianas tiene también otra motivación. La obra social de los misioneros se ha dirigido siempre a la promoción de las clases más pobres y marginales. Entre los “sin casta” (dalit o paria, en la actualidad cerca de 150 millones) y los tribales (otros 80 millones), las misiones han llevado a cabo un papel magnífico, reconocido incluso por los gobiernos indios: han permitido que los pobres tomen conciencia de su dignidad y de sus derechos. Cualquiera que visite las regiones habitadas por los parias o por los tribales, si las compara con lo que sucedía hace 20 ó 30 años, puede testimoniar la profunda revolución social realizada sin violencia alguna, sólo con la educación de las personas. Desde hace más de 50 años visito la India y Andhra Pradesh, en donde trabajan los misioneros italianos del Pime, y cada vez me maravillo más de los pasos gigantescos dados por los mismos parias. Por citar sólo un ejemplo, allí donde en 1964 vivían los parias “siervos de la gleba”, que trabajaban durante días en las posesiones de los terratenientes, hoy se levantan dos universidades fundadas por los misioneros para ellos (Ingeniería y Medicina). ¡Es fácil comprender los intereses que están detrás de aquellos que no quieren esta promoción de los sin casta!

Dentro del mundo no cristiano, la India es en la actualidad el país más cercano a Cristo y al Evangelio, no sólo por su Iglesia viva y floreciente, sino por la penetración de los valores cristianos en su cultura. Las misiones y las comunidades cristianas han tenido una gran influencia en la maduración y renovación del Hinduismo. Gandhi quería una India avanzada, pero no materialista y atea, y las raíces de la India moderna son muy distintas de las del Occidente cristiano: éstas son ateas y anti-cristianas (ilustración, filosofía idealista, marxismo), mientras que las hindúes son teístas y están influenciadas por el Evangelio y por las Bienaventuranzas. No es de extrañar pues este extremismo hinduista. Es necesario rezar y sostener de cualquier forma posible a los cristianos de la India. La tierra de santo Tomás tendrá un gran papel en la difusión del Evangelio en toda Asia.

http://www.gheddopiero.it/index2.htm

lunes, 13 de julio de 2009

FILOSOFÍA DE LA CHINA



No se debe juzgar de las ideas teológicas y filosóficas de la China por las supersticiones populares: estudiando los libros de sus filósofos se han encontrado doctrinas sobremanera notables, en cuanto indican con harta claridad los vestigios de una revelación, confirmando lo que se ha dicho con respecto a la India. Laokiun, sabio chino que vivía antes de Confucio, emite ideas análogas a las de Platón y de los Brahmanes de la India, en orden al misterio de la Trinidad; y Lao-Tseu, otro filósofo chino muy célebre, habla sobre este punto con un lenguaje que admira. Abel Remusat ha publicado interesantes trabajos sobre las obras de este filósofo; he aquí un notabilísimo pasaje que se halla en sus Misceláneas asiáticas: «Antes del caos que ha precedido al cielo y a la tierra existía un ser solo, inmenso, silencioso, inmutable, pero siempre activo: éste es la madre del Universo. Yo ignoro su nombre; pero le significo por la palabra Tao (razón primordial, inteligencia creadora del mundo, según las Cartas edificantes). Se puede dar un nombre a la razón primordial: sin nombre es el principio del cielo y de la tierra; con un nombre es la madre del Universo... La razón ha producido uno; uno ha producido dos; dos ha producido tres; tres ha producido todas las cosas. El que miráis y no veis, se llama J. El que escucháis y no oís, se llama H. El que vuestra mano busca y no puede tocar, se llama V. Estos son tres seres incomprensibles, que no forman más que uno. El primero no es más brillante, y el último no es más oscuro.»
M. Remusat observa que las tres letras J, H, V, no pertenecen a la lengua china, y que las sílabas del texto chino no tienen sentido en este idioma por manera que hay la extrañeza de que los signos del Ser supremo no significan nada en la lengua china. Esto, unido a que las tres letras casi forman el Je Ho Va de los hebreos, le induce a creer que de éstos recibirían los chinos tan sublime doctrina. De la misma opinión participan Windischmann y Klaproth. En apoyo de ella no hay únicamente la razón filológica que se acaba de exponer, sino la tradición entre los chinos de que Lao-Tseu hizo un largo viaje al occidente, en el cual pudo llegar hasta la Palestina, y aunque no pasase de la Persia, pudo tener noticia de las doctrinas de los judíos que habían estado recientemente en cautiverio por aquellos países; supuesto que Lao-Tseu vivía en el siglo VI antes de la era vulgar.

Al hablar de la filosofía de los chinos suele ocupar principalmente a los historiadores la de Koung-futzee, o Confucio, a quien se ha llamado el Sócrates de la China, por haberse dedicado con preferencia a la filosofía moral. Su obra lleva el título de Ta hio, o Grande estudio. Vivía por los años de 550 antes de la era vulgar. Distínguese entre sus discípulos Meng-tseu, quien desenvuelve el principio fundamental del maestro: el deber que tiene todo hombre de trabajar en su propia perfección. Clasifica Meng-tseu las facultades humanas en sensibilidad externa y corazón o inteligencia; a ésta le señala por objeto el buscar los motivos y los resultados de las acciones humanas. Por donde se ve que a los ojos del discípulo como del maestro, la moral prepondera sobre todo y las investigaciones psicológicas convergen a un solo punto: el conocimiento del hombre como ser moral. La escuela de Confucio enseña también la máxima de que debemos portarnos con los demás del modo que quisiéramos que se portasen ellos con nosotros.

Atendiendo a los errores y superstición que vemos entre los chinos, sería sorprendente hallar entre sus filósofos unas máximas de moral tan pura si no encontrásemos hechos que nos explicasen el origen de semejante doctrina. La moral se corrompe y debilita cuando no está ligada con las grandes verdades sobre la existencia de Dios y la inmortalidad del alma; y, por el contrario, se desenvuelve y florece cuando la alumbran y vivifican esos dogmas. Así se comprenderá el origen de las doctrinas morales de la China en sabiendo que este pueblo las profesó desde la más remota antigüedad, según consta de sus libros sagrados ,Chou-king donde se halla consignada la adoración de un Dios, gobernador del mundo, a quien se dan los nombres de Tien-Ti, Chang-Ti, que significa cielo y señor del cielo; como y también la Providencia, la inmortalidad del alma, y su destino en la otra vida. La verdad es antigua; el error es moderno: así lo manifiestan acordes la razón y la historia.

Jaime Balmes

domingo, 12 de julio de 2009

Thomas Merthon. Un viaje a Getsemaní.

El camino de los místicos es un camino lleno de poesía, pobreza, búsqueda, quietud y compromiso social. Frente a la esclavitud del consumo que engendra el espejismo más grande acerca de nuestra incompletud, el místico nos propone la vuelta al Ser despojado del tener, para asir en completo silencio la Vida de Dios en nosotros.

Iesu_dulcis_memoria.mp3.Escucha aquí.

















..."cuanto más soy capaz de afirmar a otros, de decirles “sí” en mí mismo, y descubrirles en mí mismo y a mí mismo en ellos, más real soy".

THomas Merton

viernes, 10 de julio de 2009

Gayatri mantra



El Gayatri Mantra es el mejor mantra, si entendemos su significado profundo, más aún, es un mantra secular, no esta relacionado con ninguna religión en particular.
La razón es que el proceso de vida total en la tierra está relacionado con el sol. El humus es producido por el sol, la lluvia, y el viento son producidos por el sol, los árboles crecen por este proceso de fotosíntesis y todos los animales viven de las plantas o de productos de ellas o de otros animales. Así todo el proceso de vida como lo encontramos está relacionado con el sol. Estamos enfatizando un poco este punto porque muchos de nosotros hacemos Gayatri Japa que es una apelación al Sol, para que ilumine espiritualmente nuestra inteligencia. De hecho es por la energía solar por lo que estamos todos viviendo. Es convertida primero en una cierta sustancia por las plantas, convertida nuevamente en otro tipo de sustancia por los animales y nosotros consumimos estas sustancias convertidas como alimento. Si pudiéramos mediante algún proceso saltearnos estas etapas y convertir la energía solar directamente como comida para nuestro sustento, tendríamos un inmenso poder físico, mental e intelectual. Esto es exactamente lo que se presupone que hace el Gayatri Mantra, y de hecho lo hace para nosotros.

El significado del Mantra es:
"Pueda el Supremo Sol que a todo lo penetra, el que disipa la oscuridad, ilumine mi inteligencia. Pueda ser Purificado mi cuerpo físico, pueda ser purificado mi cuerpo sutil, pueda ser purificado mi cuerpo causal."
En el Gayatri Mantra, hay descripción y exaltación, hay oración y meditación. Se corporiza en sí mismo con estos tres pasos:
1. Descripción:
Aum, Bhoor, Bhuvah Svaha, Tat Savitur Varenyam, Bhargo Devasya - estas nueve palabras son una descripción de la Diosa Gayatri Devi.
2. Dhyana:
Dheemahee - Esto es Dhyana (Meditación)
3. Oración:
Dhiyo Yonah Pracho Dayaat. Esta es una oración para enmarcar e iluminar nuestro intelecto.
El Gayatri está asociado con los tres Gunas y está potenciado con cinco rostros:
"Aum" es el primer rostro
"Bhoor Bhuvah Svaha" es el segundo
"Tat Savitur Varenyam" es el tercero
"Bhargo Devasya Dheemahee" es el cuarto
"Dhiyo Yonah Pracho Dayaat" es el quinto.

¿Qué es el Gayatri Mantra?
El Gayatri Mantra es una plegaria Universal resguardada por los Vedas, las más antiguas escrituras de la humanidad. Plegaria que se recita con devoción para obtener beneficios espirituales y/o materiales, se debe recitar en todo momento y en cualquier parte del Mundo. Tanto por hombres, mujeres y niños sin diferencias de casta o credo.
El Gayatri Mantra es como sigue:

OM
BHUR BHUVA SVAHA
TAT SAVITUR VARENYAM
BHARGO DEVASYA DHEEMAHI
DHI YO YONAH PRACHODAYAT


¿Cómo puede traducirse el Gayatri Mantra?
OM -Como Brahman.
BHUR -Bhu loka (Plano físico). Se refiere al cuerpo físico, hecho de los 5 elementos (5 Pancha Bhutas). Esos cinco elementos constituyen la Naturaleza (Prakriti).
BHUVA -Bhuva loka. El mundo medio. Bhuva es también Prana Sakthi. Sin embargo, es la presencia de Prana lo que capacita al Prana Sakthi para animar al cuerpo. Por esto los Vedas han declarado: “Prajnanam Brahma” (La Conciencia constantemente integrada es Brahman).
SVAHA -Swarga loka (Cielos - La tierra de los dioses).
TAT -Paramatma, Dios o Brahman.
SAVITUR -Aquello de lo cual todo es creado.
VARENYAM -Listo para ser adorado.
BHARGO -El Radiante Fulgor espiritual, la Luz que confiere Sabiduría.
DEVASYA -Realidad Divina.
DEEMAHI -Meditamos.
DHI YO -Buddhi, intelecto.
YO -Que.
NAH -Nuestro.
PRACHODAYAT -Ilumina.

El Gayatri Mantra tambien puede traducirse de otras maneras, una de ellas podría ser:
[OM] Om.
[BHUR, BHUVA, SVAHA] de las esferas fisicas astrales y celestes de la existencia.
[TAT] Permite a AQUEL Divino Ser Supremo.
[SAVITUR] fuente.
[VARENYAM DEVASYA] de AQUELLA realidad Suprema y Divina.
[DEEMAHI] Meditamos.
[DHI YO] intelecto, (para que podamos hacer realidad la Suprema Verdad).
[YO] que.
[NAH] nuestro.
[PRACHODAYAT] ilumine.

¿A quién se dirige el Gayatri Mantra?
El Gayatri Mantra está dirigido a la energía del Sol, Surya.
¿Cuál es la potencia del Gayatri Mantra?
Este mantra tiene potencialidad infinita Es una fórmula vibrante. Tiene inmensa fuerza, poderes realmente sorprendentes, porque el Sol es la Deidad rectora.
(Sathya Sai Vahini- 184)

¿Cuántas partes se considera que tiene el Gayatri Mantra?
Se considera que el Gayatri Mantra tiene 3 partes. Este Mantra tiene los tres elementos que aparecen en la adoración a Dios: Alabanza, Meditación y Oración.
Las primeras nueve palabras representan los atributos de la Divinidad:
“OM BHUR BHUVA SVAHA
TAT SAVITUR VARENYAM
BHARGO DEVASYA”
“DHEEMAHI” pertenece a la meditación
“DHI YO YO NAH PRACHODAYAT” es la plegaria a Dios para que nos conceda todos los Poderes y talentos.
(SS 9/95 - 236)

¿Cuáles son los otros beneficios para quien canta el Gayatri Mantra?
A quien canta el Gayatri Mantra regularmente y con fe:
El Gayatri Mantra le alivia las enfermedades.
El Gayatri Mantra le evita todas las miserias.
El Gayatri Mantra le colma todos los deseos.
(SS 9/95- 236)

¿Cuáles son los otros resultados de cantar el Gayatri Mantra?
Cuando se canta el Gayatri Mantra varias clases de poder surgen en uno. Por tanto, el Gayatri Mantra no debe tratarse con indiferencia.
¿Cuándo debería cantarse el Gayatri Mantra?
El Gayatri Mantra puede cantarse en la mañana, al mediodía y en la tarde. Esos momentos son conocidos como Sandhya Kalam, es decir el punto de encuentro entre la noche y el día, mañana y tarde, día y noche. Esos momentos son benéficos para la práctica espiritual. Y se puede cantar en cualquier tiempo y lugar.

El corazón necesita ser lavado tres veces al día: al amanecer, al mediodía y en la tarde. Fuera de estos momentos. El Gayatri Mantra puede repetirse en cualquier lugar y tiempo, incluyendo la noche.