domingo, 19 de julio de 2009

PRIMERA TESIS :Fernando Tola y Carmen Dragonetti .Unidad en la diversidad: Las tradiciones filosóficas de la India y de Occidente


Por lo menos hasta el siglo XVII, la India, por un lado, y Grecia y Europa, por otro lado, eflexionaron muchas veces sobre los mismos temas filosóficos, y de la misma manera.
En la India, Grecia y Europa hasta esa época por lo menos se encuentran los mismos o idénticos problemas filosóficos, las mismas o idénticas formas de enfrentar esos problemas, las mismas o idénticas soluciones.

En sus Prolegomena, p. 113, in Werke V, Suhrkamp ed. (= A 3, 4) Kant (1724-1804), se refiere a algunos estudiosos (Es gibt Gelehrte…) «que piensan que nada puede ser dicho, que no haya sido dicho antes» (… kann nichts gesagt werden, was ihrer Meinung nach nicht schon sonst gesagt worden ist), e inmediatamente después expresa la idea de que, como el entendimiento humano ha elucubrado sobre innumerables temas en muchas maneras diferentes durante muchos siglos hasta hoy, es difícil no encontrar nuevas ideas a las que alguna idea vieja y similar no le corresponda (... da der menschliche Verstand über unzählige Gegenstände viele Jahrhunderte hindurch auf mancherlei Weise geschwärmt hat, so kann es nicht leicht fehlen dass nicht zu jedem Neuen etwas altes gefunden werden sollte was damit einige Ähnlichkeit hätte). En su tratado Über eine Entdeckung nach der alle neue Critik der reinen Vernunft durch eine ältere entbehrlich gemacht werden soll,Vol. V, p. 364, Suhrkamp edition (= BA 110, 111), Kant se refiere al mismo tema.
Kant correctamente se opone a la idea de que nada nuevo pueda ser dicho: es posible que nuevas ideas surjan, nuevas ideas que no tienen como predecesoras a ideas similares. Ésta es la condición sine qua non para el avance del pensamiento.

Nos gustaría agregar a la opinión de Kant que, así como no es difícil encontrar nuevas ideas a la que alguna más vieja, similar, no le corresponda, de la misma manera no es difícil tampoco encontrar muchas ideas que se supone son nuevas pero a las cuales ideas más viejas, similares, sí les correspondan – especialmente si ensanchamos el límite geográfico y cronológico de la investigación. Ésta es la asunción que hace posible nuestra investigación sobre los paralelismos entre el pensa- miento de la India y el pensamiento de Occidente, y que da un ámbito mucho más amplio al pensamiento europeo e indio: ellos dejan de ser pensamiento occidental o
pensamiento oriental y se convierten en pensamiento universal.

La confrontación de ideas, teorías y doctrinas indias y occidentales implica una actividad comparativista. No es necesario llevar a cabo un estudio comparativo detallado de las doctrinas
indias y griegas o europeas que nos parezcan similares. Sin entrar en detalles, es suficiente simplemente señalar las doctrinas griegas o europeas que presentan similitudes con las doctrinas indias sin tomar en cuenta los sistemas a los cuales ellas pertenecen.

Además, pensamos que no es posible comparar un sistema filosófico indio como un todo con un sistema filosófico occidental como un todo. En general, los sistemas indios y los sistemas occidentales parten de postulados diferentes (tales como las reexistencias y el an2ditva o inexistencia de comienzo del lado indio, opuestos a una única existencia y un primer principio en los sistemas occidentales), y este hecho hace de la comparación de ambos una tarea imposible. Con todo, pensamos que es posible señalar doctrinas griegas o europeas que constituyen elementos de los sistemas griegos o europeos y presentan similitudes con las doctrinas indias que son a su vez elementos de determinados sistemas de pensamiento indios.
Helmuth von Glasenapp acostumbraba decir que los sistemas de pensamiento son como grandes pinturas en mosaicos cada una de las cuales representa una escena diferente: todas ellas tienen en común muchas pequeñas piezas de material (vidrio, piedritas, etc.) de color y forma similares o idénticos. Es imposible comparar una de esas pinturas como un todo con la otra pintura también como un todo, pero es posible descubrir idénticas o similares piezas en cada una de ellas.

Lo mismo ocurre con los sistemas filosóficos: como un todo ellos pueden ser absolutamente
diversos, pero es posible encontrar en cada uno de ellos doctrinas que pueden ser correctamente comparadas. Esta es la clase de comparación que pensamos es necesaria cuando examinamos si existió tal cosa como una Filosofía de la India o no.
Una comparación, no importa cuán superficial sea, entre doctrinas indias y occidentales, además de ser necesaria con respecto al problema de la existencia de Filosofía en la India, puede ayudarnos a comprender, aceptar y evaluar el pensamiento indio bajo mejores condiciones. Este procedimiento comparativista nos permite descubrir que el pensamiento indio no está tan alejado del pensamiento occidental como generalmente se cree, ya que muchas cosas que fueron pensadas en la India y pueden parecernos extrañas, exóticas o incluso absurdas fueron también pensadas en Occidente y gozaron de una profunda aceptación por largo tiempo.

En los últimos años hemos estado dedicados a un proyecto de investigación sobre este tópico especial de las similitudes entre el pensamiento indio y el occidental. En 2003, en un folleto titulado Sobre el mito de la oposición entre filosofía occidental y pensamiento de la India y que lleva por sub-título El sistema filosófico Samkhya: Dualismo Espíritu/Materia. Materialismo sui generis. Evolucionismo.

Ateísmo, y publicado por nuestra Fundación Instituto de Estudios Budistas FIEB,dimos a conocer los primeros resultados de esta investigación, y en él ofrecimos ejemplos de similitudes entre temas, ideas, conceptos, doctrinas del sistema filosófico ortodoxo hinduista S23khya y de la filosofía de Occidente, griega y europea.

Otros resultados acaban de aparecer en marzo del 2004 en un libro de unas 300 páginas, en inglés, publicado en Alemania por la editorial Olms (F. Tola and C.Dragonetti, On the Myth of the Opposition between Indian Thought and Western Philosophy, Hildesheim, Olms Verlag, 2004). En este libro presentamos también un gran número de similitudes entre ideas, teorías y doctrinas expresadas, de un lado,en los Vedas, en las Upanishads y en el sistema S2mkhya y, del otro lado, por autores occidentales, griegos o europeos. En este libro ofrecemos los textos sánscritos originales que contienen las ideas, teorías, doctrinas acompañados de nuestra traducción al inglés, y además los correspondientes textos occidentales, en griego,latín, alemán, inglés, francés, italiano, con su traducción al inglés, de modo que el lector pueda tener acceso directo por sí mismo, y en forma que no deje lugar a duda, a las sorprendentes e irrefutables similitudes que aducimos.

Daremos un ejemplo de dichas similitudes entre el pensamiento indio y el occidental que surgen por un estudio de este tipo comparativista.
La teoría Samkhya de la causalidad, la llamada satk2ryav2da que sostiene que el efecto preexiste en su causa antes de su manifestación, tiene una perfecta correspondencia con las ideas expuestas y aceptadas por Hegel (Wissenschaft der Logik,primera parte, libro segundo, tercera sección, capítulo tercero, pp. 223-228 de la edición Suhrkamp de las Obras de Hegel), por Santo Tomás (Summa Theologiae, I, 2,19, 5), y finalmente por Leibniz (Catena mirabilium demonstrationum de summa rerum, en Philosophische Schriften I, p. 6, edición Insel Verlag).
Otras similitudes de igual naturaleza se encuentran entre doctrinas expresadas a. en los Vedas y, en Occidente, por Órficos y Neo-platónicos (mitos de creación); Plotino (lo Uno como origen de todo); Goethe, San Agustín y Leibniz (la exaltación de los efectos de la acción en el destino humano); los Estoicos, el poeta-filósofo Manilio, Guillermo de Conches, Honorio d’ Autun y Arnaud de Bonneval (el Orden Cósmico);b. o expresadas en las Upanishads y, en Occidente, por los Estoicos y Descartes (el alma como soplo); los Pre-socráticos, Aristóteles, Marco Aurelio, Escoto Erigena (la noción de arché o Principio originario, sustento y fin de todo); Descartes y
Spinoza (la noción de sustancia y la vinculación del espíritu con las funciones men -tales); Platón, Aristóteles, Manilio, Pedro Abelardo, Adelardo de Bath, San Agustín,San Basilio, Cornelio Agrippa, Giordano Bruno, Leibniz, Schelling (el anima mundi o ‘alma del mundo’); Spinoza (la noción abstracto-impersonal del Principio Supremo); San Agustín, Raimundo Lulio y Hegel (las estructuras triádicas); los Estoicos, Plotino, Sinesio de Cirene y Proclo (las correspondencias entre el macrocosmo y el microcosmo);c. o expresadas en el sistema Samkhya y, en Occidente, por Kant, Wolf, los Maniqueos (Dualismo); Meliso, Empédocles y Lucrecio (el principio ex nihilo nihil:nada surge de la nada); Hegel, Santo Tomás, y Leibniz (la concepción de la identidad
de la causa y el efecto); d’Holbach, Schelling, Leibniz y Bonnet (la concepción de la materia y de sus elementos constitutivos); Anaxágoras y Schelling (la constitución y naturaleza de la materia); Heráclito, los Estoicos, Aristóteles, Orígenes,Leibniz, J. W. Petersen (la teoría del eterno retorno); Aristóteles y Santo Tomás (pruebas de la existencia de una entidad trascendente); Descartes y Leibniz (relación entre el espíritu, alma, y la materia, cuerpo); Órficos, Pitágoras, Empédocles,Platón, y otros muchos, tanto antiguos como modernos (la creencia en la transmigración);Leibniz (la noción de cuerpo sutil; el problema de la existencia del mal en
el mundo); d’Holbach (el ateísmo).
Los anteriores ejemplos se refieren a las similitudes con relación a temas de la reflexión filosófica. Ahora señalaremos una similitud con relación al método frecuentemente adoptado por pensadores indios y occidentales, que reduce fuertemente en ambos casos la credibilidad de sus conclusiones.

En la tradición Brahmánica o Hinduista de la India, por ejemplo, existen creencias que vienen del Pasado, sería mejor decir: que son impuestas por el Pasado,tales como la creencia en las reencarnaciones, en la existencia de un >0vara (Señor,Dios), en la infalibilidad de la _ruti Revelación). Estas creencias son inconscientemente aceptadas o incorporadas por un gran número de pensadores, ellas son para ellos asunciones indiscutibles, que no necesitan ser demostradas. Ellas pueden ser llamadas «dogmas culturales» (similares a otros dogmas que se encuentran en otras tradiciones indias). Estas creencias están basadas en la fe más que en la observación y establecimiento de hechos o en argumentos racionales válidos. La fuerza que ellas
poseen es incomparablemente más grande que la fuerza de los argumentos que algunas veces son aducidos en soporte de ellas. Podría decirse que el hecho de estar basadas en la fe les da más fuerza que si ellas estuvieran basadas sólo en argumentación lógica.

No discutimos o ponemos en cuestión el valor de la fe como fundamento de una creencia, pero pensamos que lo que no puede ser negado es que un acto de fe no puede ser considerado como un proceso mental racional. Muchos pensadores brahmánicos o hindúes usaron estos dogmas culturales como puntos de partida, bases o postulados para construir sobre ellos sus sistemas doctrinarios.

Es necesario señalar aquí que, aún cuando los pensadores indios usaron algunos de sus dogmas culturales, a los cuales se les atribuye una autoridad a priori (un procedimiento que podría ser considerado como un ejemplo de comportamiento no racional), como punto de partida, base o postulado para construir sus sistemas doctrinarios filosóficos, con todo, estos mismos pensadores en sus argumentaciones se sometieron a los más estrictos requerimientos de la razón y de la lógica.

Debemos reconocer el hecho de que la misma opinión puede ser expresada con relación a los pensadores occidentales (podríamos incluso decir con relación a los pensadores pertenecientes a cualquier cultura): a pesar de seguir los requerimientos más racionales y lógicos en sus razonamientos, ellos construyen sus teorías sobre bases o postulados frágiles que no son otra cosa que sus propios dogmas culturales.

Entre estos dogmas culturales occidentales se encuentran la creencia en Dios, la creencia en la inmortalidad del alma, la autoridad de los textos cristianos, la infalibilidad de la Biblia, etc.
Podemos cuestionar, en ambos casos, en India y en Occidente, la validez de sus dogmas culturales, pero no podemos encontrar defectos lógicos en lo que ellos construyeron sobre la base de estos dogmas. Son verdaderas construcciones de granito y acero sobre fundamentos de arcilla.

Descartes, por ejemplo, refiriéndose a sí mismo en el Prefacio de su Discours de la méthode, en Oeuvres de Descartes, Vol. VI, p. 1, claramente dice: «la existencia de Dios y del alma humana son … los fundamentos de su Metafísica» (l’ existence de Dieu & de l’ame humaine, … sont les fondaments de sa Métaphysique).
También, en la Sexta Responsio a las objeciones hechas contra su Meditationes de prima philosophia, en Oeuvres de Descartes, edición Ch. Adam & Paul Tannery,Vol. VII, pp. 429-430, afirma: «… ciertamente es necesario comenzar con el conocimiento de Dios y enseguida los conocimientos de todas las otras cosas tienen que estar subordinados a ese solo [conocimiento]» (…nempe incipiendum est a Dei cognitione ac deinde aliarum omnium rerum cognitiones huic uni sunt subordinandae).

Y en su Epistola, Vol. VII, p. 1, que precede a sus Meditationes De Prima Philosophia, in quibus Dei existentia, & animae humanae à corpore distinctio, en forma más contundente nos dice: ... nam quamvis nobis fidelibus animam humanam cum corpore non interire, Deumque existere, fide credere sufficiat ... Et quamvis omnino verum sit, Dei existentiam credendam esse, quoniam in sacris scripturis docetur, & vice versa credendas sacras scripturas, quoniam habentur a Deo … En su versión francesa, Vol. IX, Oeuvres, p. 4: ... Car bien qu’il nous suffise à nous autres qui sommes fideles, de croire par la Foy qu’il y a vn Dieu, & que l’ame humaine ne meurt point auec le corps, ... Et quoy qu’il soit absolument vray, qu’il faut croire qu’il y a vn Dieu, parce qu’il est ainsi enseigné dans les Saintes Escritures, & d’autre part qu’il faut croire les Saintes Escritures, parce qu’elles viennent de Dieu …: «...Pues aunque a nosotros que somos creyentes (fideles) nos
basta creer por la Fe que el alma humana no perece con el cuerpo y que Dios existe ... Y aunque sea absolutamente verdadero que es necesario creer en la existencia de Dios, porque así es enseñado en las Sagradas Escrituras, y vice versa hay que creer en las Sagradas Escrituras, porque provienen de Dios …»

De estos textos de Descartes surge la importante función que le corresponden a la fe y a las Escrituras Sagradas, es decir la Revelación, frente a los temas de la existencia de Dios y la inmortalidad del alma que son para Descartes los temas fundamentales de la filosofía.

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