Podemos considerar que el Yoga tiene dos escuelas fundamentales: Rāja-Yoga, destinado al control mental, y Hatha-Yoga, que enfatiza el control corporal. En el primer caso, los textos canónicos son los de Patañjali, Vyāsa y Vācaspati Misra. En el segundo aspecto, los de Goraksanātha.
Los Yogasūtras de Patañjali se remontan entre los siglos III y IV d.C. Son textos que no aparecen como una unidad sino más bien como partes diferentes, incluso desiguales interiormente cada una de estas partes, lo que refuerza la creencia de que se tratarían de diversas fuentes de origen habiendo sido sintetizadas por algún trabajo de compilación posterior. Se sostiene que Patañjali no ha sido un creador del sistema sino más bien su recopilador, y también hay dudas si el Patañjali que estamos hablando en materia de Yoga es o no el mismo que el Patañjali el Gramático.
Los Yogasūtras de Patañjali se dividen en cuatro libros, referidos a:
a.Concentración de la mente.
b.El método.
c.Los poderes resultantes.
d.El aislamiento del espíritu.
b.El método.
c.Los poderes resultantes.
d.El aislamiento del espíritu.
No debemos olvidar que el aparato conceptual que se halla detrás del Yoga es la escuela ortodoxa del Sāmkhya. En total son 195 sūtras o aforismos.
En el método hay ocho miembros o caminos que el yogui debe observar rigurosamente, no debiéndoselos entender como uno después de otro sino de elaboración y práctica simultánea:
a.Abstinencias: no hacer daño, no mentir, no robar, pureza sexual y renunciamiento. No son recomendaciones de orden moral sino de sentido pragmático riguroso.
b.Obligaciones: limpieza o aseo, satisfacción o aceptación de la realidad personal, ascetismo, estudio y devoción a lo Absoluto (aquí tienen gran importancia los mantras).
d.Control de la Respiración: se trata de controlar el número y modo de las respiraciones para dominar a éstas y tener el poder sobre el funcionamiento del propio cuerpo.
e.Control de los sentidos: partiendo del método de concentrar la mente en un solo punto, lo que se busca es que los sentidos se aparten de los objetos y la persona se centre en sí misma (esto lleva a que investigadores y pensadores como Mircea Eliade consideren que no hay éxtasis en el Yoga sino éntasis: el sujeto en sí mismo, no en el Absoluto o Divinidad).
f.Concentración: práctica que su solo nombre lo indica, es decir, evitar la dispersión de la mente enfocándola en un solo punto.
g.Meditación: la mente concentrada puede meditar en un solo contenido, y luego volverse sobre sí misma.
h.Samādhi: La meditación culmina sin un meditador. Sujeto y Objeto desaparecen en la meditación misma. No hay yo ni hay mundo. Similar al trance místico de otras experiencias y caminos, tales como la mística cristiana o sufí. No es posible narrar lo que sucede en el Samādhi (tal como el cristianismo habla en su teología negativa, como en el Maestro Eckhart).
Al decir de Paul Masson-Oursel: “El yogin no se interesa por la naturaleza ni por la sociedad. Su mundo es su cuerpo. No emite ni postula juicio alguno” (1), su escenario es él mismo, su logro no nos he dado conocer, pues trasciende el lenguaje y la realidad de los pensamientos. Camino impar el de la India a través del Rāja-Yoga, camino para pocos.
Daniel López Salort
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