sábado, 10 de octubre de 2009

Amselm GrÜn. El sacerdocio y el celibato.


-Al referirse a por qué la gente confía cada vez menos en la Iglesia, usted dijo que es porque la Iglesia no encontró el lenguaje adecuado...

Lo importante es que el lenguaje venga del corazón, porque un lenguaje teológicamente correcto, pero frío, no abre los corazones.

-A veces los obispos hablan con términos que la gente no entiende. ¿Cuál es la tarea, reeducar o adaptarse a un nuevo lenguaje?

La Iglesia debe traducir los conceptos a un idioma más moderno y debe cuidarse de no tener un lenguaje sólo conocido por los teólogos. Solamente puedo comunicarme con el otro si previamente lo escucho. El lenguaje de la fe tiene que renovarse constantemente.

¿La vocación sacerdotal está en crisis?

Los benedictinos tenemos en Alemania muchos seminaristas, y estamos creciendo. Pero en este momento el sacerdocio no es una profesión muy atractiva. Los sacerdotes tienen muchísimo trabajo porque, como hay pocos, deben atender dos o tres comunidades al mismo tiempo. Otro problema es el celibato. Los curas deberían poder elegir entre dos formas: aquellos que quieren contraer matrimonio y los que quieren ser célibes.

Es curioso, porque la iglesia evangélica permite el matrimonio de sus pastores y pese a ello también tienen menos vocaciones. Otro dato curioso es que el porcentaje de divorcios en los matrimonios de pastores protestantes es mayor que el de los divorcios en matrimonios entre laicos.

-¿Por qué cree usted que pasa esto?

Porque antes la esposa del pastor lo ayudaba en todas sus tareas. Se concebía a sí misma como la sierva o la persona que lo ayudaba. Hoy ninguna mujer quiere estar al servicio de ningún hombre, y menos de uno que no tiene mucho tiempo para la familia.

-No obstante estas dificultades, ¿usted propone que el celibato sea opcional?

Sí. Me parece más honesto que existan los dos modelos. Yo he acompañado a sacerdotes maravillosos que al juntarse con una mujer tuvieron que dejar su sacerdocio. Mi principal argumento es que sería más sincero, porque hay algunos sacerdotes que viven en dos planos. Si hoy la Iglesia diera al sacerdote la posibilidad de estar casado, no perdería a tantos sacerdotes valiosos. Esto sería más transparente.

Pero, ¿es posible vivir en celibato?

Es posible, pero se necesitan buenas condiciones para que el sacerdote pueda mantenerse en el celibato. Muchas veces la Iglesia defendió el celibato, pero no mostró los caminos para vivirlo. Es decir, cuál es la espiritualidad profunda e interior que se necesita para hacerlo.

¿Esta propuesta tiene cabida entre los teólogos actuales?

Sí. Es un tema que se está contemplando y del que se está hablando en los sínodos.

-Usted es considerado por algunos como más esotérico que cristiano. ¿Qué dice al respecto?

Los que dicen eso son cristianos muy conservadores. Soy absolutamente cristiano y sigo la tradición católica. Al mantener un diálogo entre la psicología y la teología, trato de ahondar en el ser humano y en su experiencia.

El esoterismo ha prestado atención a muchas inquietudes del ser humano, pero no les da las respuestas suficientemente profundas, como sí las da la Iglesia a los anhelos que se plantean las personas. Yo intento darles a esos anhelos de las personas una respuesta cristiana.