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jueves, 15 de octubre de 2009
Wilhem Reich. Los Orgones
La existencia de aspectos inconscientes en el ser humano hace que todo abordaje terapéutico deba tener como premisa el hacer consciente lo inconsciente, en otras palabras, hacer conocido lo desconocido.
En esta tarea, la inclusión del cuerpo en el análisis propuesta por Reich, ha ido permitiendo una comprensión cada vez más acabada de los mecanismos capaces de mantener esta disociación, posibilitando un mayor acercamiento a lo desconocido de nosotros mismos.
“La coraza caracterológica mostraba ahora ser funcionalmente idéntica a la hipertensión muscular, la coraza muscular. El concepto de identidad funcional que tuve que introducir, no significa otra cosa que el hecho de que las actitudes musculares y el carácter desempeñan la misma función en el aparato psíquico; pueden influirse y reemplazarse mutuamente. Fundamentalmente no pueden ser separadas; en sus funciones son idénticas.”*
Así, la corroboración de una identidad funcional entre carácter psíquico y carácter corporal facilitó el acceso a contenidos inconscientes a través de nuevas vías. Los bloqueos corporales se constituyeron en el aspecto visible de altas cargas emocionales perceptivamente negadas y su movilización en el prerrequisito para lograr el insight.
Ahora bien ¿cuál es el origen de esta identidad funcional entre carácter psíquico y carácter corporal?
La práctica clínica sistemática nos mostró cómo el acorazamiento se podía ir removiendo lentamente a medida que las situaciones conflictivas iban saliendo de sus incrustaciones corporales e iban siendo analizadas y elaboradas.
Debido a que las situaciones conflictivas se encuentran insertas y desarrolladas en tramos de la historia personal del sujeto, es inevitable que a cada resolución exitosa de un conflicto, el tramo de historia personal en el que está inserto quede sin el sostén psicofísico que lo justifica como tal, esto es, como conflicto; y por lo tanto, es el mismo tramo de historia personal el que era descargado (descarga del afecto que lo liga como importante) de la estructura psicofísica del sujeto. En su lugar sólo queda un espacio energético, asimbólico, vacío de contenido, pero con una alta movilidad biofísica y expresiva.
Una vez que la historia personal lograba descargarse por completo, el sistema energético, anteriormente fragmentado en los distintos bloqueos de la coraza, recuperaba su estado unitario. Este estado le devolvía al sujeto su completa autopercepción y la certeza de ser más que su historia.
La sorprendente característica de esta etapa era precisamente la ausencia de los contenidos históricos que anteriormente desencadenaban las reacciones emocionales.
En este estado el sujeto no tiene historia ni contexto al cual referir lo que siente y por ello se debate frente a un sufrimiento que está compuesto por sensaciones sin significar. Frío, calor, angustia, sensaciones como de caer y oceánicas, le dan cuenta de una realidad que hasta ese momento había estado confinada en su inconsciente, completamente desnuda de toda apariencia simbólica o material.
Enfrentados a estas circunstancias clínicas fuimos conscientes de que nos hallábamos frente a un ámbito desconocido. Un nuevo espacio se nos ofrecía como consecuencia inmediata de una labor terapéutica paciente, ordenada y sistemática. A esa nueva realidad le dimos el nombre de Ámbito Biológico, Perinatal o de las Sensaciones.
Como todo nuevo espacio, como todo ámbito desconocido, nos fue ofreciendo un material totalmente virgen, a la vez que nos fue exigiendo la tolerancia y la cordura para ir definiéndolo.
Progresivamente, el ingreso a la conciencia del paciente de este espacio asimbólico, intensamente movilizante, con sensaciones capaces de fijar un ritmo pulsátil y unitario en todo el cuerpo, fueron dibujando el perfil de su propio origen. Estábamos frente a la expresión vital, sensorial y kinética de toda la estructura psicofísica en el momento de nacer. Esta autopercepción produce en el paciente la certeza de estar reviviendo, en el silencio de lo asimbólico, su propio nacimiento.
De esta manera y en ese momento queda al desnudo la estructura base de su conflictiva, de su neurosis y de su tendencia a crear su propio sufrimiento, sus enfermedades tanto psíquicas como físicas. A esta estructura base, a este modo unitario de existencia primitiva lo hemos llamado Matriz Biológica o Forma.
La corroboración de la existencia de una matriz originaria, de un molde único, exclusivo y personal conlleva en sí mismo el valor de un descubrimiento, descubrimiento doblemente importante porque además logra revitalizar la significativa tarea de todos aquellos investigadores que presintieron la importancia del nacimiento en la estructuración futura del ser humano.
La experiencia del nacimiento es un hecho único en la vida de cada ser humano. Desde las características del nacimiento propiamente dicho hasta los estímulos posteriores como las manipulaciones, la luz, la temperatura ambiental, los sonidos, las maniobras específicas, etc. son todos ellos únicos e irrepetibles para el ser que está llegando al mundo.
Todos estos estímulos quedarán marcados en el organismo del recién nacido y será la sumatoria de esas impresiones, junto a las respuestas adaptativas que él improvise, la que le dará su impronta, su modalidad específica, definiéndolo como individuo diferente del resto. Son estas impresiones las que particularizan al organismo transformándolo en un cuerpo, el cual es propio de cada sujeto. Esta vivencia de separación queda impresa en el cuerpo y es este registro primitivo el asiento expresivo del desarrollo psícofísico posterior.
Cualquier vivencia de ese sujeto será a partir de ese momento (el nacimiento), una reproducción de la situación perinatal. Cualquier experiencia vivida será leída desde ese modo particular que es su Matriz. Las situaciones nuevas sólo serán nuevas en sus contenidos, el modo esencial y originario se vislumbrará a través de ellas justamente como eso, como una modalidad típica subyacente.
La corroboración clínica de estas afirmaciones nos ha permitido desplazar la comprensión de la conflictiva humana hacia el ámbito asimbólico que le da origen, a la vez que nos creó la urgente necesidad de conceptualizar y sistematizar este nuevo conocimiento.
Desde el momento en que los registros de este estadio son puramente sensoriales, la inclusión de las sensaciones como material de análisis se impuso como condición necesaria para el ingreso al Ámbito Perinatal.
Dado además, el carácter único de las sensaciones perinatales (que escapan al estado adulto del aparato perceptivo), su acceso exige una ampliación del campo perceptivo, capaz de contener formas menos discriminantes y de mayores intensidades. Dicho en otros términos, la condición necesaria para el acceso al material del Ámbito Perinatal es la superación de las limitaciones perceptivas acumuladas a lo largo de la evolución del aparato psíquico. Se trata, por tanto, de un proceso de transformación perceptiva.
Así, a la identidad funcional carácter corporal-carácter psíquico en que se expresa la pulsación personal debe sumarse la conjunción modo perceptivo-visión del mundo-autopercepción que es también idénticamente funcional.
Desde esta nueva comprensión el abordaje terapéutico habrá extendido la premisa fundamental de hacer consciente lo inconsciente más allá del ámbito estrictamente simbólico. A través de sucesivos desplazamientos perceptivos habrá liberado a la percepción de sus anclajes históricos, accediendo en forma consciente a la vivencia perinatal.
* Reich, Wilhelm. La Función del Orgasmo. Ed. Paidos, México, Bs. As., Barcelona, 1984. pág. 212
Mas Informacion acerca del Dr Wilhelm Reich y el orgon:
http://www.orgonomia.com.ar
Via:http://mundofleko.wordpress.com/2009/08/16/wilhelm-reich-gloria-y-loor/
domingo, 11 de octubre de 2009
FRITHJOF SCHUON.POEMAS
En realidad, cuando un ser humano ama a otro,
ama fundamentalmente a Dios, y no lo sabe;
o bien lo sabe.
Sagrado es el amor,
porque en él duerme la luz del Amor Divino
*
En todo lo que puedas amar, amas el Sí
que habita en ti;
en todo amor, amas el Bien
que reina en lo Alto.
Y es parte de la salvación de tu alma
el que lo sepas;
y que en todo amor tu corazón más profundo
glorifique al Altísimo
*
Allá afuera ente la puerta,
allá me agrada estar solo,
escuchar el canto de los pájaros
a la luz del atardecer.
Me he perdido a mí mismo,
ya no sé quien soy;
porque sólo el Gran Uno
llevo en mi pensamiento.
Sin embargo, tantas cosas hay,
que son dignas de amor;
Dios, a través de su imagen,
ha vuelto mi corazón hacia el Uno.
*
El corazón está hecho de Verdad
en su interior más profundo.
En él canta el Bien Supremo
en horas a Dios consagradas.
Que la Verdad sea la fragancia del alma,
y no la agitación del mundo.
Tu corazón es la firme fortaleza;
en él moran Luz y Amor.
*
Silencio en Dios. Sin fin podría alabarte
dentro de mí. así como la Belleza produce Amor,
así tú me traes la felicidad del amor,
aun cuando ninguna otra alegría me quedara.
Silencio en Dios, a mí te acercas siempre de nuevo;
y así mi corazón nunca se cansará de loarte;
tal como las gracias que Dios me ha otorgado
resuenan día tras día en mi alma.
*
Piensan en Dios y cuentan sus oraciones
junto a una trémula luz;
deslizan las perlas sagradas
con celo, hasta que el hilo se rompe.
Allá en lo alto canta una alondra
llena de alegría ante la Faz de Dios;
trina y se eleva hacia el cielo,
y no cuenta sus exclamaciones de júbilo.
San Bernardo dijo: el amor es,
porque es el amor.
Y dichoso aquel que al amar
se olvida de contar y se olvida de si mismo.
*
Tú, que rezas en la soledad, no pienses
que estás solo; también para otros,
a los que no conoces, tu oración es un bien,
una bendición y un deber.
El recuerdo de Dios lo debes al Altísimo;
después a ti mismo y también a tu prójimo.
El lugar donde os detenéis ante el Señor,
es como un polo alrededor del cual gira el mundo.
*
Habla con Dios. El te responderá,
o Su silencio te será una respuesta;
porque El está contigo; tu nunca estás solo.
Que en su quietud pueda tu corazón estremecerse
y escuchar lo que dice el Nombre divino.
Presientes cómo florecen los jardines celestiales;
oyes las profundas melodías del Ser,
el canto primordial de amor y de luz.
*
Porque Tu eres mi Dios, a Ti te llamo;
Tú nunca me abandonarás.
Tú eres el Refugio, el Bien Supremo.
¿Quién puede abarcar al Altísimo?
Y aunque el mundo se rompiera en pedazos,
Tu eres lo que me quedaría.
Yo no sé qué es el mundo, qué soy yo.
Sólo se que amo.
*
El principio del recuerdo de Dios es el silencio
del alma aguardando la plenitud divina;
y acaba en la melodía de la consolación.
¿Acaba? El amor de Dios nunca acaba.
*
¿Qué es el ego?, ¿quién ha tejido este sueño
que sólo a mí y no a otro pertenece
y que, sin embargo, a otro anhela,
en quien, amando, olvida sus miserias?
¿Soy yo el velo de los recuerdos,
el ser que quiere dispersarse sin sentido,
arrastrado sin amparo por el tiempo
y que nada quiere perder ni lamentar?
¿Soy yo un ser que desea perpetuarse
y no quiere comprender que todo es apariencia?
Sólo soy yo mismo en la Palabra de Dios,
que me permite despertar en el Puro Ser.
*
Uno quisiera que todo fuese armonioso
en nuestro ambiente y en nuestra propia vida.
Un deseo demasiado pequeño. No hay nada mejor
que elevarse espiritualmente por encima de todo ello.
*
¿Habéis visto cómo la pompa de jabón
tornasolada en delicados colores asciende y cae,
se eleva hacia lo alto y, después, se pierde en la hierba
y ya no es más? Así ocurre con el mundo
y con la vida. No con nuestro corazón
que ha visto a Dios. Así como en un santuario
las velas consagradas, en estática devoción,
permanecen ante Dios, así será también tu corazón.
*
Angustia, miedo a la vida: ésta es una locura
que han producido nuestros tiempos enfermos;
el miedo a la existencia no se conocía en tiempos de fe,
que protegía rigurosamente las almas
ya las hacía felices.
Con la herida de la duda
sucumbe nuestra alma,
perece nuestro mundo.
*
Si el hombre se vuelve hacia Dios,
el malvado enemigo se vuelve hacia el hombre,
acechándole para provocar el desasosiego.
La sabiduría y la oración
son una muralla de luz y amor alrededor de la paz del alma.
Las pruebas tienen que existir;
Dios no abandona a quien en El confía.
En vano el Infame busca el engaño y la contienda;
la perfidia del Maligno se convertirá en la victoria del Bien.
*
La amargura puede amenazar a todo hombre,
tal como la melancolía; ambas, queridas por el diablo,
son una derrota, contrarias a la salvación,
e incompatibles con la naturaleza del Espíritu.
Es como si el psiquismo lo fuera todo.
Acógete al refugio de la Doctrina divina:
la verdad y la humildad te liberarán.
*
A través de las cinco puertas de los sentidos,
todas las imágenes del mundo penetran en ti;
pero si cierras los ojos, también del alma,
te hallarás en el silencioso pabellón del Espíritu.
No te dejes seducir por ningún sueño
del exterior y de tu propia alma
que la Mâyâ terrena te quiera ofrecer.
El estruendo del mundo es ensordecedor;
el Espíritu es silencio.
*
El valor del hombre reside en su dignidad,
en su ser ante Dios, no en sus acciones;
el hombre de ciudad que habita en altos edificios
no debe burlarse de aquel que vive en cabañas.
El valor del hombre se halla en su actitud
frente al Absoluto, no en su «dónde» y «cómo»,
tanto si cultiva el arte o la ciencia,
como si caza bisontes en las praderas.
El mundo es símbolo, cualquiera que sea su apariencia;
sólo el Gran Uno es Realidad.
*
Mundo, velo de sueño, casi desgarras mi corazón;
en ti hay sabiduría, necedad, alegría y dolor,
o también la nada. ¿De qué nos sirven vanas preguntas?
Todos debemos soportar la carga de la vida.
La carga, la felicidad. Arroja lejos toda aflicción,
la primera bendición tiene la última palabra;
el comienzo y el fin se dan la mano.
¡Que pueda tu corazón, por encima del tiempo y el espacio,
encontrar el dorado contenido de la existencia!
*
Tiempo de la juventud -ya lejano, pasado-
cerrado como un libro de imágenes.
Toda alegría, todo sufrimiento
se han fundido en el ayer.
Tiempo de la vejez: tú lo llamas tiempo,
pero es un jardín silencioso
que exhala el perfume de la Eternidad;
una mirada hacia atrás, una espera
y un permanecer en Aquello que era,
es y será; eternamente.
*
En nuestra infancia imaginamos que el mundo
está en orden, que la vida es placentera;
pero en la edad avanzada vemos que el mundo está enfermo;
y que lo que puede ofrecer son uvas amargas.
Las Escrituras nos enseñan sobre la caída:
una maldición ensombrece todas las cosas terrenas
y nuestras almas. Sálvese el que pueda hacerlo;
y quiera Dios que nuestra obra tenga éxito.
Si en espíritu puedes transformar el plomo en oro,
entonces también el ángel del destino te será propicio.
*
Sólo un hombre se halla ante Dios y Le invoca,
y toda la humanidad está en él contenida;
todas las oraciones de este mundo terreno
puedes unirlas en la invocación de tu corazón.
Todo en uno: así también es el tiempo;
¿qué es un día, qué es la vida entera?
Si te mantienes ante Dios con toda tu fuerza,
entonces tu pobre presente es Eternidad.
*
Poesía, danza y canción, y tañido de laúd;
lenguaje del arte y lenguaje de la naturaleza.
No digas que sólo son placer de los mundanos:
todo ello da testimonio de profundidad y del más elevado fin.
La belleza y el amor están lejos del egoísmo,
y de los fríos pensamientos cerebrales del orgullo.
Dos sabios que han bebido de la copa de la belleza,
caminan por elevados senderos, estrella tras estrella.
Oh amor, que reconcilia toda oposición:
pensamiento y experiencia; sonidos de cuerdas,
y canción, que de la nostalgia sagrada canta.
¡Oh belleza, que coronas el afán de la Verdad!
Oh dulce melodía, sonido de violín de un ángel,
tú revelas aquello que las palabras ocultan.
*
Los hombres parecen estar huyendo
¿qué les inquieta, qué les hace huir?
No sólo huyen ante lo desconocido que les amenaza,
huyen de sí mismos, de sus miserias,
de su simple existencia. Hombre escucha:
tú estás en la linde del Ser, ¿a dónde vas?
¡Deténte!
Dios es el Centro y el Reposo.
*
Oración en la piedra: así es la elevada catedral,
su largo interior, solemne y lóbrego;
una vidriera, por donde la luz se hace multicolor;
y devoción, que se detiene ante imágenes doradas.
En la casa de oración del Islam, sencilla y sin imágenes,
el rostro de la piedad se dirige hacia la Meca;
de pie y rezando, los hombres alineados
en el perfume de la fe, de la sumisión a Dios.
Oh santuario de la naturaleza virgen:
ni piedra ni tapices, sólo bosques y praderas,
cumbres de montañas, sol y noche profunda;
Supremo Todopoderoso, que todo lo abarca.
Un santuario que Dios nos ha dado:
no está lejos, es la vida más cercana;
¿dónde están las alturas en las que reinan los dioses?
En el cuerpo del hombre la Divinidad desea habitar.
*
Me asombra que tantas personas sueñen
con palacios relucientes, ricas habitaciones,
todo adornado con oro y piedras preciosas;
¿dónde está la felicidad? Más bien se podría llorar.
Muchos viven en ciudades demasiado construidas,
en edificios como torres de Babel,
duros y fríos gigantes, como encadenado
se pasa la vida; el tiempo grisáceo se funde.
Y muchos no ven que lo hecho por Dios
es infinitamente mejor que lo artificial o inventado,
mundo de la razón, imaginado por el hombre;
la Gracia se encuentra en prados, campos y bosques,
en la naturaleza floreciente de Dios,
o cuando la nieve pura cubre la tierra.
El Altísimo nos ha dado nuestro hogar;
el hombre poco necesita para vivir en Dios.
*
Pensáis que la vida terrestre es una posesión;
no; la vida y el cuerpo no son más que un préstamo.
La existencia futura nos da infinitamente más
de lo que puede ofrecernos la vida terrestre.
Aquello que nos conduce al error y al sufrimiento,
disciérnelo y evítalo.
El sufrimiento no es más que ilusión, es pasajero;
el resto es alegría.
La felicidad no se halla en un simple vivir ciego,
yace en la oración; y en el noble don.
*
Sientes que este mundo terrenal es triste,
mas por esta tristeza no debes lamentarte;
no digas que el Universo es malo.
Porque cada sombra terrenal tiene un fin,
e infinita es la dicha escondida en las cosas;
la vida puede ser pesada, pero el alma tiene alas.
La doble naturaleza de este mundo contempla:
un lado es hierro, y el otro oro.
Tu bienaventurada naturaleza interior debes ver,
entonces sabrás: Dios la hizo pura y libre.
*
Dime por qué has amado la cima de la montaña,
su sereno silencio y su pureza,
y yo te diré que el reposo de nuestro espíritu
es la soledad con Dios; serenidad
por encima del estrépito de los pensamientos. Y dime por qué amas el secreto del bosque susurrante,
su santidad y su oscura seguridad,
y yo te diré que nuestro gozo perdurable
es unión, amor en nuestro corazón más profundo,
sumergiéndose en el Misterio de nuestro ser;
unión con lo que soy, y lo que eres.
Poemas extraídos en su mayor parte de:
AMOR Y VIDA poesías de FRITHJOF SCHUON
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sábado, 10 de octubre de 2009
Amselm GrÜn. El sacerdocio y el celibato.
-Al referirse a por qué la gente confía cada vez menos en la Iglesia, usted dijo que es porque la Iglesia no encontró el lenguaje adecuado...
Lo importante es que el lenguaje venga del corazón, porque un lenguaje teológicamente correcto, pero frío, no abre los corazones.
-A veces los obispos hablan con términos que la gente no entiende. ¿Cuál es la tarea, reeducar o adaptarse a un nuevo lenguaje?
La Iglesia debe traducir los conceptos a un idioma más moderno y debe cuidarse de no tener un lenguaje sólo conocido por los teólogos. Solamente puedo comunicarme con el otro si previamente lo escucho. El lenguaje de la fe tiene que renovarse constantemente.
¿La vocación sacerdotal está en crisis?
Los benedictinos tenemos en Alemania muchos seminaristas, y estamos creciendo. Pero en este momento el sacerdocio no es una profesión muy atractiva. Los sacerdotes tienen muchísimo trabajo porque, como hay pocos, deben atender dos o tres comunidades al mismo tiempo. Otro problema es el celibato. Los curas deberían poder elegir entre dos formas: aquellos que quieren contraer matrimonio y los que quieren ser célibes.
Es curioso, porque la iglesia evangélica permite el matrimonio de sus pastores y pese a ello también tienen menos vocaciones. Otro dato curioso es que el porcentaje de divorcios en los matrimonios de pastores protestantes es mayor que el de los divorcios en matrimonios entre laicos.
-¿Por qué cree usted que pasa esto?
Porque antes la esposa del pastor lo ayudaba en todas sus tareas. Se concebía a sí misma como la sierva o la persona que lo ayudaba. Hoy ninguna mujer quiere estar al servicio de ningún hombre, y menos de uno que no tiene mucho tiempo para la familia.
-No obstante estas dificultades, ¿usted propone que el celibato sea opcional?
Sí. Me parece más honesto que existan los dos modelos. Yo he acompañado a sacerdotes maravillosos que al juntarse con una mujer tuvieron que dejar su sacerdocio. Mi principal argumento es que sería más sincero, porque hay algunos sacerdotes que viven en dos planos. Si hoy la Iglesia diera al sacerdote la posibilidad de estar casado, no perdería a tantos sacerdotes valiosos. Esto sería más transparente.
Pero, ¿es posible vivir en celibato?
Es posible, pero se necesitan buenas condiciones para que el sacerdote pueda mantenerse en el celibato. Muchas veces la Iglesia defendió el celibato, pero no mostró los caminos para vivirlo. Es decir, cuál es la espiritualidad profunda e interior que se necesita para hacerlo.
¿Esta propuesta tiene cabida entre los teólogos actuales?
Sí. Es un tema que se está contemplando y del que se está hablando en los sínodos.
-Usted es considerado por algunos como más esotérico que cristiano. ¿Qué dice al respecto?
Los que dicen eso son cristianos muy conservadores. Soy absolutamente cristiano y sigo la tradición católica. Al mantener un diálogo entre la psicología y la teología, trato de ahondar en el ser humano y en su experiencia.
El esoterismo ha prestado atención a muchas inquietudes del ser humano, pero no les da las respuestas suficientemente profundas, como sí las da la Iglesia a los anhelos que se plantean las personas. Yo intento darles a esos anhelos de las personas una respuesta cristiana.
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